El gran premio de México de Fórmula 1 era una oportunidad de oro para Carlos Sainz de conseguir su segunda victoria del año y cuarta de su carrera, y a falta de solo cinco oportunidades en Ferrari, antes de marcharse por la puerta de atrás rumbo a Williams, el madrileño se ha coronado a lo grande. Solo ha sido superado en la salida por Max Verstappen, pero poco después lo ha adelantando después de un safety car y ha impuesto su ritmo hasta el final, ganando con una solvencia digna de los grandes y poniendo a Ferrari en una gran posición de cara al mundial de equipos.
Ya avisó en la clasificación de ayer que era el más rápido, y aún habiendo cometido un error en la la salida, ha esperado su momento y tras la relanzada después del coche de seguridad se ha tirado a por Verstappen en la curva 1 y ha conseguido una de las mejores pasadas del fin de semana, un momento que marca una carrera y que va a quedar en el recuerdo de su último año vestido de rojo. A partir de ese momento, y aprovechando que la lucha entre Verstappen y Norris le ha dado el segundo puesto a Leclerc, que no le iba a atacar sobre el papel, le ha permitido coger una ventaja que no ha abandonado.
El ritmo de Carlos ha sido el mejor con diferencia, manteniendo, tanto con medios como con duros una ventaja de entorno a 7 u 8 segundos que ha sido suficiente, incluso cuando Norris ha pasado a Leclerc en las úlitmas vueltas, estaba preparado y ha apretado en el momento justo para certificar el triunfo y conseguir convertirse en el rey azteca.
Si Sainz y Ferrari son los nombres más destacados, la cara B ha sido Verstappen, que cuando peleaba con Norris en las primeras vueltas ha cometidos dos irregularidades que le han supuesto 20 segundos de sanción, una penalización merecida, más aún en un momento de tensión como el actual después de Austin, aunque eso sí, ha sido capaz de salvar la situación y finalizar sexto, lo que le permite mantener una recta relativamente cómoda en la general. No obstante, quedan cuatro carreras y dos de ellas con sprint, porque no puede ni mucho menos dar por hecho que va a ser el campeón.
España puede sonreír por Carlos Sainz, pero no tanto por Fernando Alonso. El asturiano celebraba la efeméride de su carrera número 400, pero no lo ha podido hacer en la pista. Ya avisaba en la salida que iba a tener problemas de temperaturas y así ha sido, apenas ha podido aguantar hasta la vuelta 17, cuando se ha retirado por un problema en los frenos. Una vez más, los números redondos se le atragantan al asturiano, que eso sí, ha recibido un bonito homenaje antes del inicio.