Carlos Sainz ha vivido un año muy movido. Ganó el Rally Dakar en enero, en su despedida de Audi, y se ha dejado ver por los circuitos de Fórmula 1 hasta agosto, cuando finalmente su hijo ha cerrado su fichaje por Williams y se ha asegurado un futuro en la F1. Y, entre medias, ha deshojado la margarita de su propio futuro.
Tras acabar el Dakar 2024 dejó claro que, si encontraba motivación y un buen equipo, iba a seguir intentándolo. Al final, volvió a sus orígenes. A Ford, la marca con la que empezó. Y aunque su estreno, esta semana, en el Rally de Marruecos no fue el deseado y se quedó sin opciones casi antes de empezar, sabe que ésa es una toma de contacto y una especie de 'entrenamiento' y puesta a punto de cara al Dakar 2025. Y, en ese sentido, las impresiones son muy positivas. Se ha 'reenganchado' y le ha quedado claro que su coche puede pelear con los primeros.
Sainz, no obstante, no se quiere hacer ilusiones y asume que ya le queda poco. "Este proyecto me motiva lo suficiente para intentarlo otra vez, pero está claro que la fecha de caducidad está ya muy cerca", advierte el madrileño, quien trata de ir "día a día" como ha hecho "en los últimos Dakar". "Me conozco. Sé positivamente cuándo decidí parar en el Mundial de Rallys, que fue de un día para otro, y aquí está claro que la fecha está cerca", un Sainz que, a sus 72 años, tiene claro ese momento también se lo dirá su cuerpo y su motivación.
Aunque, de momento, sigue encontrando ilusiones y retos. "A estas alturas de mi carrera deportiva necesitas tirar de todo para buscar motivación. Un proyecto nuevo, un proyecto como Ford, un proyecto oficial, un proyecto con Malcolm Wilson -jefe de equipo del Ford World Rally Team-, con gente que sabes que te vas a divertir. Eso es lo hace que sigas adelante. Para mí es un orgullo que a estas alturas de mi carrera deportiva todavía sigan pensando en mí para poder ayudar a Ford a intentar ganar el Dakar", admite un Sainz que se ve como en sus inicios con la marca norteamericana.
"Ford es una marca por la que tengo, obviamente, cierta historia detrás. Eso, unido a que Ford entrase en el Dakar con un proyecto nuevo, de una manera oficial, con Malcolm Wilson como interlocutor, con el que va a ser la tercera vez que voy a estar... Todo eso hacía que el proyecto fuese lo suficientemente motivante como para intentarlo y que me apeteciese", afirma el español, quien ganó con Ford los campeonatos de España de Rallys 1987 y 1988, hace casi 40 años, pruebas que le catapultaron a lo que luego conseguiría en el Mundial de Rallys.
Sainz ya sabe lo que se va a encontrar en Ford, pero también una competencia que sigue siendo la misma e igual de fuerte que en enero del pasado año. "Toyota no es nuevo. Mini no es nuevo. Es nuevo el motor, pero la mayoría de los componentes, suspensiones, transmisiones, etcétera, es igual. El Dacia sí es un coche nuevo, pero hay muchísimas piezas que vienen del Hunter", señala Carlos Sainz sobre los equipos con los que va a pelear en el Dakar 2025. Ford, en cambio, va con muchas cosas nuevas que son una incógnita y que pueden ser un acierto o ponerles en desventaja.
Sainz también recordó desde Marruecos cómo ha sido el año, muy ligado a las muchas gestiones realizadas para ayudar a su hijo a elegir equipo. "Yo soy un hombre de rally, no de Fórmula 1. Colaboro, ayudo a mi hijo en todo lo que puedo, como cualquier padre. Pero ha sido un año muy estresante, en el sentido de que ha habido grandes dudas", reconocía sobre su fichaje por Williams, al tiempo que descartaba competir con él un día en el Dakar.