"Ha habido un momento que parecía que ya teníamos el partido perdido, que lo teníamos todo en contra y ha sido increíble como el equipo ha peleado hasta el final. Esa ha sido la clave, que el equipo nunca ha dejado de creer, nunca ha bajado los brazos. Me quedo con la fe y la lucha del equipo". Las palabras de Álex Dujshebaev reflejan lo que los Hispanos han vivido en cuartos de final de los Juegos Olímpicos ante Egipto, un equipo que los tuvo contra las cuerdas y que aguantó el ritmo anotado impuesto por España en la segunda mitad hasta los diez últimos minutos.
La parada final de Pérez de Vargas, en el último segundo de la prórroga, selló el triunfo por la mínima y el pase a las semifinales de París 2024. "Creo que a ellos les ha entrado un poquito las dudas, mientras que nosotros hemos sabido templar mejor la tensión y pese a que al final podría haber ocurrido cualquier cosa, hemos logrado la victoria con esa parada de Gonzalo en la última acción", celebraba Jordi Ribera seleccionador español de balonmano.
El técnico catalán sacaba pecho por sus jugadores y aseguraba que esa fe hasta el final es fruto de la confianza que tienen en ellos mismos y en superarse, incluso, cuando no les salen las cosas como ellos querían. "Es un espíritu que se ha transmitido de generación a generación. Un espíritu que lleva siempre al equipo a luchar hasta el final sea quien sea los que jueguen o estén el banquillo. Ese gen lo hemos heredado todo y es lo que nos ha ayudado a conseguir tantos resultados", afirma un seleccionador con el que España no ha parado de ganar títulos y medallas desde 2016. "Ante la adversidad y pese a ir por debajo en el marcador todo el tiempo, al final luchamos cada pelota, y al final eso nos da un plus, creo que diferente un poco al resto. Estamos contentos por estar en 'semis', porque a lo mejor la gente no lo va a valorar mucho ahora, pero es algo histórico para nosotros". añade.
Para llegar hasta ahí, España atacó todo el tramo final de partido con un jugador de campo más y sin portero, una estrategia arriesgada, pero que, en este caso, dio sus frutos. "La segunda parte no ha empezado excesivamente bien. Era un cambio arriesgado, porque sabíamos que podíamos perder definitivamente el partido en un momento, porque el juego siete para seis exige mucho riesgo, pero sabíamos que teníamos que acercarnos en el marcador, porque la dinámica del partido podía cambiar y, al final, hemos logrado empatar y forzar la prórroga", añade Ribera.
"Cuando nos hemos puesto con cuatro goles por debajo a falta de quince minutos hemos decidido ir con todo, arriesgar al máximo con el 7 para 6, porque teníamos que jugárnosla y nos ha salido bien y forzar la prórroga. Y, cuando hemos conseguido forzar la prórroga, ha sido mentalmente difícil para ellos. Además, hemos sabido jugar muy bien el inicio del tiempo extra y eso ha permitido liberarnos un poco, pese a que no hemos podido cerrar hasta el final el partido con esa parada de Gonzalo", añadía el mayor de los Dujshebaev.