Carlos Alcaraz soñó con el oro en París 2024 y tendrá la oportunidad de conseguirlo. El tenista murciano ha barrido al canadiense Felix Auger-Aliassime por un doble 6-1 en un partido que duró poco más de una hora y en el que siempre fue muy superior a su rival.
El tenista norteamericano ganó el primer juego del partido, el primero con su saque del segundo set y ahí se acabó su producción ofensiva ante un Carlos Alcaraz incontenible, que sacó todo su potencial y se le vio más dominante y fresco que en días anteriores.
El español no tuvo que tirar de argumentos como el saque, que tanto le sirvieron frente a Tommy Paul en cuartos de final. No tuvo problemas para sacar adelante todos sus servicios, en los que nunca perdió más de dos puntos. Y, en cambio, al resto, estuvo colosal, devolviendo todo lo que le llegaba y minando la moral de un Auger-Aliassime que puede presumir de ser uno de los tenistas que mejor sirven del circuito.
El canadiense venía de doblar el viernes, ya que jugó las semifinales del dobles mixto, donde perdió. Y eso también pudo pasarle factura. Ya lo dijo el propio Carlos Alcaraz tras superar a Paul, que notó los dos encuentros que tuvo que jugar el jueves en el segundo set ante el norteamericano. A Auger-Aliassime, que tuvo que sufrir, primero, ante Casper Ruud y, luego, hasta la noche con el dobles mixto, pudo pesarle aún más.
Sobre todo cuando enfrente tienes a un rival que no bajó el nivel en todo el encuentro, que llegaba a todas y cuya derecha mandaba unas bolas pesadas que constantemente le echaban para atrás en la pista. Auger-Aliassime cometió muchos errores, pero la mayoría de ellos fueron fruto de esa intensidad que le puso su rival. Un Alcaraz que, cuando no usaba ese recurso, tiraba de cualquier otro que posee para desesperar al canadiense.
El pattido en sí tuvo poca historia. Felix Auger-Aliassime tiró de saque en el primer juego para apuntárselo, pero, incluso ahí, Carlos Alcaraz ya demostró que no iba a salir a verlas venir y que iba a atacar desde el inicio. Lo que no pudo en el primero, lo logró en el tercero, y en los dos siguientes con saque de su rival. Cuando el canadiense volvió a celebrar un juego ya había perdido siete consecutivos y caía por 6-1 y 1-0. No logró más...
Carlos parecía por momentos jugar con su rival, restaba muy atrás, le jugaba bolas altas y pesadas y lo movía por la pista hasta que provocaba su error. Tal vez en su estrategia entrara ese cansancio al que antes se aludía, pero la realidad es que, poco a poco, fue minando al de Montreal hasta apagarlo.
Eso con el resto, porque con su saque no sufría. De hecho, no tuvo que apelar a su demoledor servicio, salvo en contadas ocasiones. Le bastaba con no fallar para llevarse sus juegos.
Tras ceder su saque en el segundo set (6-1 y 3-1) cuando mejor parecía sentirse en pista, Felix Auger-Aliassime dijo basta y trató de cerrar el partido de la forma más digna posible y centrarse en el duelo por el bronce del dobles mixto que tiene en unas horas.
De momento, Alcaraz ya ha batido todos los récords de precocidad en los Juegos Olímpicos. Con 21 años y 91 días, ya es el jugador más joven en alcanzar la final individual masculina desde que el tenis regresó a los Juegos Olímpicos en Seúl 1988. Y, además, es el cuarto español que llega a una final tras Jordi Arrese, Sergi Bruguera y Rafa Nadal. Sólo el último se llevó el oro... hasta ahora.