Opinión

El 'castigo' de Víctor a Joaquín

Joaquín AdornaJoaquín Adorna
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El 'castigo' de Víctor a Joaquín
- Joaquín Adorna
Lo que está ganando con Dani Ceballos, a quien ha activado para la causa, lo puede perder con el incomprensible 'castigo' a Joaquín. Víctor está siendo más listo que Poyet dando a Ceballos el protagonismo que necesita el jugador y el equipo, porque es evidente que en el plantel no hay otro con su talento para asumir galones en la organización del juego. Pero resulta difícil entender, salvo que exista una razón disciplinaria que se nos escape, cómo prescinde de Joaquín en su magnífico estado de forma.

Víctor se precipitó cambiándole en Eibar tras la expulsión de Piccini y los dos tantos encajados, y frente al Celta volvió a equivocarse dejando en el banquillo al portuense. La elección no era Sanabria o Joaquín. Tendrían que haber jugado los dos. Lo realmente chocante fue ver al extremo sentado en el banco mientras Bongonda hacía diabluras en la banda derecha y Cejudo lanzaba un centro por encima de la lona que tapa la obra de Gol Sur.

Sanabria se estrenó en Copa y no procedía cortar la racha de un goleador, pero el casual cambio de Joaquín en Eibar -obligado, si se quiere, por las circunstancias- no debió ser la antesala a un 'banquillazo' ante el Celta. Joaquín no está para un ratito. Aporta tantas cosas -veteranía, calidad, entrega- que se ha ganado, con creces hasta la fecha, la camiseta de titular, y mucho más en casa, donde el Betis debe sacar a relucir el gen dominador que se aprecia en casi todos los equipos que juegan como local. Víctor supo desactivar el juego de Las Palmas con Joaquín en el once, quien respondió a la confianza convirtiéndose en asistente de lujo en los dos goles de estrategia en saques de esquina.

Ante el Celta, sin embargo, no estaba el de El Puerto y se echó en falta solidez defensiva y mordiente en ataque. Falló el sistema defensivo y, según el entrenador, Bruno, a quien sustituyó por Rafa Navarro en el descanso. Joaquín quedó señalado antes de que balón empezara a rodar, pero sólo se le puede culpar de asistir magistralmente a Pezzella en el 3-2. Víctor no debería dudar de un capitán que está ofreciendo un nivel superior al de muchos compañeros. No tiene sentido crear un problema donde está encontrando rendimiento y soluciones.