El también presidente del
San Pablo, hermano de
El Pilar, Marcos Márquez, comienza este año su primer mandato como presidente del club, un club que cuenta con 15 equipos, 13 de El Pilar y dos del Soleá, y con una plantilla que ronda los 240 niños.
"Para mí se presenta un año de gran ilusión", asegura Márquez respecto a este nuevo reto que se le plantea, "aprendiendo y conociendo el funcionamiento del club desde otro prisma". "Soy del barrio (San Pablo) y cuando se me propuso lo vi bien. Es una forma de ayudar a los chavales para que hagan deporte y no cosas que no deben", añade.
Ante la difícil situación que atraviesan hoy en día los
clubes de fútbol base, el nuevo presidente asegura que "aunque el club tiene que correr con muchos gastos", "de momento" lo llevan "bien". "Hoy en día hay que pagar una cuota porque si no, es imposible llevar esto adelante", añade Márquez, quien reconoce que "son muchas horas y tiempo el que se le echa", aunque "te llevas satisfacciones como la convocatoria de una alevín para la selección sevillana".
Junto con la ayuda de
Abel, el director deportivo, y los coordinadores de fútbol,
Jesuli y Olmo, Márquez intenta transmitirle a los chavales una filosofía que no se ciña al deporte: "Inculcamos los valores del deporte a los niños, pero también de compañerismo, superación, compromiso". Y por ello quiere hacer hincapié Márquez en el equipo de trabajo que le rodea, además de en sus compañeros de la directiva (
Varela, Manuel, Paco y Yacobi), junto a los que intenta que los chavales del barrio tengan sus oportunidades: "Poco a poco queremos tener un sistema de equipos para tener uno de cada categoría que compita. Y los otros que repartan los minutos entre todos los jugadores, aunque llevar a cabo esto es complicado".
En las reuniones, el director intenta transmitirle a los padres que los niños tienen que tomarse el fútbol como un deporte, "¿Cuántos equipos hay en Primera división? ¿Cuántos jugadores hay en cada club? ¿Cuántos niños quieren ser futbolistas? Es normal y no hay que perder la ilusión, pero tampoco hay que perder de vista el objetivo, que es siempre formativo. Estudio y fútbol. Si no, las consecuencias las paga el niño", finaliza el exjugador profesional.