Julio Velázquez tiene las horas contadas en el Real Zaragoza. La derrota ante el Valladolid de este pasado sábado (2-0) ha sido la gota que ha colmado el vaso. El técnico salmantino ya llegó a Pucela con un ultimátum y, lejos de reaccionar, su equipo volvió a dejar otra vez una preocupante imagen, evidenciando sus graves problemas de cara a la portería contraria.
Se da por hecho, por tanto, una destitución que debe ser oficial en breve. Pero antes, los dirigentes del club maño quieren asegurarse de tener al sustituto. En realidad, sólo hay un candidato, pero de momento no ha habido contactos directos entre las partes, los cuales no tardarán en producirse, estando previstos para este mismo domingo.
El elegido para tratar de reflotar la nave zaragocista no es otro que Víctor Fernández, todo un histórico del club aragonés, al que ha dirigido ya en tres etapas diferentes, quedando en el recuerdo de todos la conquista de la Copa del Rey hace ya tres décadas, con la posterior consecución de la extinta Recopa de Europa.
Ahora, a sus 63 años, el zaragozano es el recurso de urgencia que todos desean para salir de una situación crítica, después de sumar un punto de los últimos 15 en juego y ver la zona de descenso a siete puntos. Sería el tercer técnico de una temporada en la que había muchas ilusiones puestas, con el cuarto mayor presupuesto de la categoría, pero en la que nada ha salido como se esperaba.
Ya cuando se decidió por fin a la etapa de Fran Escribá, desde el entorno de Víctor se le hizo ver al club que estaba dispuesto a regresar. Pero fue el director deportivo, Juan Carlos Cordero, quien rechazó este ofrecimiento, optando en su lugar por Julio Velázquez. Una discutida decisión personal que a la postre ha resultado fallida y que le deja también sin crédito ante la afición.
Ahora, desde la propiedad del club no se quieren tomar más riesgos. Aunque la opción más probable parecía la de Emilio Larraz, técnico del filial que aún no está descartado, la idea es convencer al veterano técnico maño, dejando a un lado ofrecimientos como el de Pepe Mel y otros que a buen seguro habrán llegado a las oficinas de La Romareda.
Dada la predisposición que ya mostró meses atrás, es de esperar que no hay problemas para llegar a un acuerdo con Víctor Fernández, que lleva sin entrenar tres años y medio, desde que dejó el propio Zaragoza en el verano de 2020, después de clasificar al equipo para el ‘play off’ de ascenso y caer en las eliminatorias.