El Villarreal de Marcelino ha arrancado la temporada en LaLiga EA Sports de forma casi inmejorable. Los groguets han ganado 3 de los 5 encuentros y han empatado en los 2 restantes. De este modo, el Villarreal, ocupa la cuarta plaza y es junto a Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid, uno de los equipos que aún no conoce la derrota. Ahora en Villarreal es todo alegría pero hubo una etapa, en la primera de Marcelino, en el que la relación entre el técnico y la directiva se rompió y terminó con la salida del primero del conjunto groguets.
Marcelino ha concedido una entrevista al diario Relevo en la que ha repasado su primera etapa en el Villarreal y como se gestó su salida: "Llegamos aquí a Villarreal, creo que en enero del 2013, en una situación muy, muy difícil porque existía la obligación de subir sí o sí a Primera. Y creo que estábamos, al iniciar la segunda vuelta, a ocho puntos del ascenso y se logró. Y, a partir de ahí, hubo otras tres temporadas extraordinarias. La relación profesional y personal era casi idílica. Al menos por nuestra parte, con diálogo y diferentes opiniones. Hasta que, por lo que sea, estuvo mal. A lo mejor nos cansamos o hubo desgaste. Y hubo un desencuentro y había que tomar una decisión. Había un futbolista por el medio (por Musacchio) con el que no podíamos convivir en el mismo vestuario. Y el club consideró que era un patrimonio suyo y apostó por el futbolista. Y ya está. Se entiende y nada. La relación con los Roig ahora es igual que al inicio o mejor porque todos nos conocemos más. En la parte positiva y en el momento de discordia. Los primeros meses, cuando nos marchamos, fueron de lejanía absoluta".
Marcelino prosiguió su relato contando como se produzco el nuevo acercamiento con el Villarreal y especialmente con su presidente, Fernando Roig: "Fui a entrenar al Valencia, coincidimos, nos saludamos muy correctamente… Como debe ser. Cuando tienes una relación profesional y personal de cercanía, de gran cercanía, durante casi cuatro años, me quedo siempre con lo mucho bueno. No me quedo con un momento puntual malo. El Villarreal tuvo una importancia grande en mi trayectoria profesional y en la vida, pues hay que estar agradecido siempre. Entonces, se fueron limando las asperezas y fuimos reencontrándonos en la relación. Y llegó la normalidad. Y hubo un momento en el que nos llamaron y se sentaron las bases de lo que estaba por venir. Todo es con naturalidad, con normalidad. Sabemos que nos hicimos mucho bien y un poco de mal. Estoy francamente satisfecho de haber vuelto. Y lo que percibo es que ellos también lo están".
Por último, Marcelino habló sobre el Villarreal del presente y como en la plantilla se produce una mezcla de juventud y veteranía: "Siempre debe haber una mezcla. Ni todos jóvenes. Ni todos veteranos. Los de más experiencia aportan profesionalidad, respeto, calidad, éxito, títulos… Pueden ser un espejo para los jóvenes y así tendremos un equipo con más posibilidades. Cuando llegamos, el Villarreal era la plantilla más veterana o la segunda. Debíamos hacer esa reestructuración. En aquella primera reunión antes de firmar ya hubo un plan porque se estaba sufriendo, con una situación lejos del objetivo. Para luchar por Europa se requería lo que hemos hecho. Una reestructuración amplia. Había varios jugadores de más de 35 años".