Que la afición del Valencia está más que cansada con la gestión de Peter Lim no es ninguna novedad. De hecho, esto ni siquiera debería ser noticia. Hay obviedades que no merece la pena de informar. Ahora bien, en este caso que trasciende fronteras, sí que da para hablar sobre el poder del mandatario asiático. Poco se le ha visto por Mestalla en los últimos años, pero su poder sigue intacto al parecer.
La semana pasada, un aficionado que se encontraba haciendo turismo durante su luna de miel en Singapur junto a su pareja, decidió visitar la que fuera la casa de Peter Lim. El seguidor del Valencia CF en cuestión, Dani Cuesta (según compartió a través de su perfil en redes sociales), se encuentra retenido en el país asiático desde el pasado viernes a la espera de que le tomen declaración por pegar una pegatina bajo el lema ‘Lim out’ en la casa del mandatario que preside actualmente el conjunto che. Hasta consiguió sacarse una fotografía posando con la bandera que a menudo se ve en Mestalla con el mensaje de ‘Lim Go Home’.
Una idea que por supuesto muchos aficionados valencianistas han aplaudido. Aun así, esto podría haberle costado bastante caro. El periodista Héctor Gómez afirmaba que tanto el aficionado como su pareja desconocen por qué serán juzgados. Por el momento se encuentran retenidos en un hotel de Singapur donde les han retirado los pasaportes y encerrados sin poder salir de allí. Están a la espera de que se celebre el juicio por el que se les acusa, que se celebrará este martes.
En Singapur se vive un régimen algo estricto, por lo que este aficionado podría enfrentarse a una sanción ejemplar. Pese a que ellos puedan verlo como un acto que quizás no tenga tanta repercusión, en el país asiático sí que lo catalogan como un acto vándalo. Desde la plataforma de Libertad VCF han catalogado este episodio como el “héroe de la jornada, semana y año”.
La afición valencianista continúa cada jornada y en cada oportunidad que tienen protestando contra la gestión de Peter Lim. Centrándonos en lo deportivo, la hinchada valenciana no está muy conforme con el rendimiento del equipo de Rubén Baraja esta temporada, marcado en parte por una planificación muy limitada siguiendo las órdenes que se transmiten desde Singapur. El club se encuentra a la deriva, en una lucha constante, a la espera que de el mandatario asiático decida marcharse por fin del club.