Corren tiempos complicados en Nervión por la situación deportiva del Sevilla, que se ha marchado al parón con dos puntos de 12 y en puestos de descenso, lo que ha desatado un malestar en el sevllismo que se ha agravado considerablemente por la inacción de la dirección deportiva en la recta final de mercado y con todo lo acontecido alrededor del traspaso de Ocampos.
El traspaso del argentino a Rayados, oficializado una vez cerrada la ventana de transferencias, ha provocado una tormenta en las huestes sevillistas por la forma de gestionarse y, porque, a día de hoy, no ha llegado ningún sustituto con el menoscabo que puede suponer para el proyecto al marcharse una pieza clave para García Pimienta por su aportación en el césped y en el vestuario. Un incendio que ha avivado, además, el propio Ocampos con las declaraciones en México en la que aseguró que no jugó el último partido porque estaba todo cerrado, no por molestias como apuntó García Pimienta.
Por ende, en el sevillismo no se entiende que Orta no se cubriera las espaldas con un sustituto cuando, según el argentino, antes del cierre, ya se había avanzado, y, en cierto modo, a tenor de numerosos mensajes en redes sociales, se siente engañado en este asunto al considerar que han manejado los tiempos y se ha mentido al respecto.
De esta forma, la afición nervionense, además de contra la directiva actual, ha puesto en el punto de mira en Víctor Orta, que, posiblemente atraviesa por su peor momento como director deportivo del Sevilla, muy cuestionado por el sevillismo tras el cierre del mercado y la posibilidad más que probable de que finalmente tampoco llegue un agente libre para relevar a Ocampos.
No obstante, en Nervión no se ha cerrado completamente la puerta a un fichaje con la carta de libertad, pero, a día de hoy, no cuadra económicamente ninguna opción y menos la de Depay, y las esperanzas son muy limitadas, hasta el punto de que se prefiere esperar al mes de enero, lo que no gusta nada a las huestes sevillistas, pues, para entonces, la situación podría ser muy complicada.
A la espera de lo que ocurra en los próximos días, la crispación crece por su planificación y el remate de vender al de Quilmes sin un remedio inmediato que subsane la pérdida. Un enfado que salpica también a García Pimienta, al que se le recrimina que no está exigiendo lo suficiente y conformándose con unos movimientos que limitan considerablemente sus recursos para una campaña que se presenta complicada.