Hoy en día, Unai Emery es uno de los entrenadores más reconocidos del mundo. No es para menos, llegó a mitad de la 22/23 al Aston Villa para sacarle del descenso y protagonizar una espectacular remontada hasta acabar clasificándose para la UEFA Conference League, competición en la que alcanzó las semifinales en la pasada 23/24. El Olympiakos de Mendilibar le dejó sin final, pero lo compensó con creces con un cuarto puesto en la Premier League que dio a los de Birmingham el pasaporte para la Champions, logrando en año y medio el objetivo planteado en un contrato de cuatro campañas. En la máxima competición continental marcha entre los 10 primeros y durante algunas jornadas lideró la clasificación de 36 equipos de esta nueva Fase de Grupos. El de Hondarribia goza de la cota de prestigio que se le resistió en el PSG o el Arsenal FC y se asienta un máximo nivel al que confiesa que nunca habría alcanzado de no ser por el Sevilla FC.
"Yo soñaba con ganar la Europa League -había llegado a semifinales con el Valencia CF- y ese sueño me lo abrieron en Sevilla. Tuve que estar en Sevilla, que ellos ya habían conseguido esa cima, para que me hiciesen entender que era posible y que, si yo soñaba con ello, podía alcanzarlo. Sin la ayuda del Sevilla FC y de los sevillistas no lo habría conseguido", ha expresado Emery en una entrevista concedida a la plataforma televisiva DAZN, que ha invitado al vasco a una nueva entrega del espacio 'Premier Corner'. El entrenador del Aston Villa ha atendido a Eneko Fernández de Garayalde para hablar sobre su experiencia como técnico, sus ambiciones y su decisivo paso por Nervión como trampolín hacia sus sueños.
El Sevilla FC sigue muy presente en el día a día de Emery, y no sólo porque trabaje codo con codo junto a Monchi o dirija a Diego Carlos, sino porque esos tres trofeos seguidos de la Europa League que consiguió con los blanquirrojos es su tarjeta de presentación para todo lo que queda de carrera en los banquillos. No sólo en el Aston Villa, sino también en su anteriores aventuras después de salir de la capital andaluza. "En el Villarreal CF pasó lo contrario que en Sevilla. Ahí yo era el que ya había conseguido eso, y fui más protagonista con mi experiencia para ser capaz de enseñar ese camino", ha relatado acerca de esa presión que sintió en tierras castellonenses después del estatus labrado hasta lograr ganar una Europa League y clasificarse para la Champions.
"A mí lo que más me agrada y me llena es que el jugador mejore, y que, además, el jugador te lo haga saber. No externamente, internamente. Los jugadores que con una mirada te quieren escuchar y quieren aceptar todo lo que tú les digas, porque saben que con eso son mejores", ha añadido luego sobre su futbolista ideal, antes de reflexionar de las enseñanzas que le ha dado esos éxitos con Sevilla FC o Villarreal; sus complicados años en el Valencia CF, donde ahora valoran a posteriori lo mucho que hizo recibiendo encima críticas; o en sus espinas con el PSG o el Arsenal FC, club al que también llevó a una final europea.
"Hay entrenadores que han tenido éxito a muy corto plazo y que luego en el largo plazo no lo han hecho. El ser reconocido viene cuando tú vas siendo capaz de tener una regularidad. Incluso mi regularidad se vio truncada en Moscú cuando a los seis meses salgo del Spartak, o en París cuando después de dos años y cumplir más o menos los objetivos, faltaba el más importante, el de darle una grandeza más al PSG. Cuando estaba en el Arsenal y aun jugando la final de la Europa League y siendo quintos en liga todavía faltaban cosas... Yo todo eso lo he interiorizado e identificado en mí como persona y entrenador, como un proceso más", ha valorado.