En su delicada situación económica, que le hará acudir al mercado de enero con un exiguo presupuesto para intentar cerrar las llegadas de un extremo y un delantero, el Sevilla FC está poco menos que obligado a buscar talento joven mediante operaciones de bajo coste con miras a un futuro a corto-medio plazo. Así lo entiende Víctor Orta, que no ha dudado en apostar fuerte por futbolistas más o menos contrastados que han llegado para reforzar al filial con el objetivo de conseguir un retorno no sólo deportivo, sino puede que también económico, mediante posibles futuros traspasos.
Ya el pasado mes de enero desembarcaron en el Sevilla Atlético Stanis Idumbo, por el que se abonaron 300.00 euros al Ajax de Ámsterdam, y Mateo Mejía, al que el Manchester United dejó salir gratis a cambio de reservarse el 25% de su pase. Ambos han debutado ya este curso a las órdenes de García Pimienta, que le ha dado la alternativa a un total de seis jugadores.
Así, además, del extremo belga y el delantero hispano-colombiano, se han estrenado con el primer equipo Isra Domínguez, Ramón Martínez, Collado y Andrés Castrín, que tuvo la oportunidad este pasado jueves en el choque ante el Olot en la Copa del Rey. El central gallego, precisamente, fueron uno de los tres fichajes realizador por Orta el pasado verano para el filial, junto a Antonetti, por el que se pagaron 500.000 euros al Lugo, y Miguel Sierra, que llegó del Real Avilés a cambio de 100.000.
En su caso, la contratación del zaguero natural de Riotorto, también procedente del Lugo, supuso un desembolso de 300.000 euros, al que el Sevilla FC ya empieza a sacarle jugo. No en vano, fue de los mejores del conjunto nervionense en tierras catalanes, firmando una notable actuación que le ha hecho merecedor de una gran cantidad de elogios. Lejos de acusar los nervios del debut, exhibió una colocación brillante para bloquear hasta tres disparos a bocajarro de sus oponentes, mostrándose inteligente y tácticamente modélico. "Ha demostrado que viene pisando fuerte, también en los entrenamientos", aseguró Juanlu a la conclusión del duelo.
A sus 21 años, Castrín se ha convertido en un fijo para Jesús Galván desde su llegada, participando en 13 de las 15 jornadas disputadas en Primera RFEF. Con su debut ante el Olot, además, demostró que está preparado para dar el salto en una posición en la que García Pimienta tiene la baja por lesión de Nianzou y Marcao sigue arrojando muchas dudas, como quedó demostrado ante el conjunto catalán.