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"Estoy emocionado, pero también muy cansado. Han sido cinco meses de un ritmo y una intensidad increíbles. Encontramos dos oasis en el desierto en los que el equipo se pareció mucho a lo que queríamos, pero en los últimos cuatro partidos el equipo ha notado el desgaste y bajó un poco el rendimiento", confesaba Quique Sánchez Flores tras la derrota ante el Barça a los compañeros de DAZN, admitiendo que se va con agradecimiento: "La afición se ha portado muy bien conmigo. He sido parte de la crítica en algún momento, que siempre está bien, pero ha captado nuestra honestidad. Nos habría gustado acabar ganando, pero hemos estado en el partido, con aproximaciones y verticalidad por momentos, aunque en otros se notó el nivel del rival". Y, a continuación, confirmaba la primicia de ESTADIO Deportivo el pasado 20 de marzo, cuando aquí se dio por hecho que era él quien iba a comunicar su deseo de no seguir en el Sevilla FC.
"Sentía bastante antes de saberse que el ciclo había acabado. Los procesos son como son; aquí, a veces ha habido que decir muchas cosas fuera de lo normal en un grupo, ser excesivamente duro. He notado el desgaste, la erosión en los momentos difíciles. Lo tenía decidido. La dirección de un grupo, al final, te dice que 'se acabó'. Para mí estaba terminada el día del Granada, pero me parecía muy pronto para anunciarlo. No creía que fueran a bajar los brazos, así que es una pena; siempre he pensado que éste era un campo brutal y lo hemos sentido muchas veces, como cuando tocó en contra. Me tocó vivir este momento. El barco llega a puerto con el deber cumplido. Tanto el Sevilla FC como yo debíamos ser responsables", añadía el madrileño, que tampoco quiso extralimitarse en las valoraciones de por qué duran tan poco los técnicos en Nervión.
"Lo del banquillo es una reflexión que no me pertenece hacer públicamente. Lo he hecho en privado, contextualizando cada momento. El primer mes fue muy malo, tras un partido en Granada que ganan los jugadores. Estuvimos casi un mes sin entrenar y sentí el peso en los hombros, en las espaldas. Todo cae en tu responsabilidad. Hemos sido atrevidos y valientes asumiendo el reto. Me habría gustado tener a estos grandes jugadores en otro contexto; han hecho un esfuerzo grande también", sentenciaba el míster blanquirrojo, contento a medias: "Estoy satisfecho, sobre todo, del objetivo, pero no de estos cuatro últimos resultados, porque el equipo estaba ya organizado y en una buena dinámica. No me duele, puedo entenderlo, pero no me vale como referencia o excusa. Hay otros que han perdido ocho seguidos, pero me habría gustado acabar de la forma que implementamos durante 2-3 meses".
Por último, Quique agradece a dos leyendas del equipo que hayan estado a la altura y espera que ambos sigan, aunque también cree que hay sucesores de gran nivel en el vestuario y en la Carretera de Utrera: "Sergio Ramos y Jesús Navas han sido fundamentales. Tienen caracteres muy diferentes, pero ejercen el liderazgo ambos: uno desde el rendimiento y otro, también desde el diálogo. El Sevilla también es de los que vienen, como Isaac, Kike Salas, Juanlu, Manu Bueno... Con el tiempo se verá". Lo que sí precisó entre risas, ante las especulaciones por su elegante indumentaria y el negro elegido por la afición para protestar contra los dirigentes, que su traje "era gris". Bueno, un gris oscuro...