Al Sevilla se le presenta este verano un serio problema con Tanguy Nianzou, pues ninguno de los caminos posibles le conducirá a un destino deseado. Y es que la decisión que debe tomar la entidad se dirime entre dos opciones que no gustan en absoluto en la planta noble de Nervión tras una temporada en la que no ha reaccionado y ha pasado prácticamente desapercibido.
Por un lado, existe la posibilidad de ofrecerle una nueva oportunidad a tenor de que solo tiene 21 años y que, cuando Monchi le fichó el verano de 2022, se trataba de un central con proyección, lo que, en cierto modo, encaja en la política de Víctor Orta para la plantilla venidera.
No obstante, no se trata de una apuesta suya, sino del isleño, y, a día de hoy, no convence en absoluto la posibilidad de mantenerlo en la plantilla después de que este curso solo ha disfrutado 503 minutos en 12 encuentros, lastrado en buena parte por las lesiones, aunque tampoco ha contado para Quique cuando ha estado disponible. De hecho, ante la baja Kike Salas contra el Mallorca, prefirió retrasar a Gudelj antes que recurrir al parisino o a Marcao, lo que evidencia que no le considera como una alternativa real.
Por delante no solo tiene a los tres centrales habituales, Sergio Ramos, Badé y el canterano, sino también a Acuña, al que el técnico madrileño empleó en el derbi junto al camero y a su compatriota. También estaría Gudelj, pero se ha lesionado en lo que resta de curso. De los tres fijos, Kike Salas y Badé continúan en un principio, mientras que el futuro de Ramos sigue siendo una incógnita. En esta situación, Orta pretende traer un central más si se presenta la oportunidad, por lo que difícilmente habrá sitio para Nianzou, decepcionante en su primer curso y sin continuidad en el segundo.
La otra vía es, obviamente, dejarle salir, con el problema de que se arriesga a perder mucho dinero en la operación, pues en 2022 pagó 16 millones de euros al Bayern, y, obviamente, solo recuperaría una pequeña parte de lo invertido a tenor de su rendimiento en Nervión. Tanto es así que la web Transfermarkt lo tasa en cuatro millones de euros.
Con contrato hasta 2027, existe la posibilidad de repetir la fórmula utilizada con otros futbolitas el pasado verano, cederlo con opción a compra con la esperanza de que en otro equipo se revalorice y aumente el rédito coneguido en un futuro traspaso, confiando en su juventud y en las condiciones futbolísticas por las que Monchi decidió apostar fuerte. Cabe apuntar, eso sí, que en enero sonó el Milan como equipo interesado, si bien no pasó de ahí. El problema es serio.