No ha sido una primera parte que digamos con mucho trabajo para el colegiado madrileño Miguel Ángel Ortiz Arias, aunque en los últimos compases del primer acto el partido ha ido subiendo en intensidad y con ellos los continuos choques, caídas y protestas por parte de ambos equipos. Poco antes del tiempo añadido, del que se diero cuatro minutos, Larin caía en una batalla cuerpo a cuerpo con Loïc Badé, pero ambos jugadores volvía a levantarse entre protestas, ya con el delantero vallisoletano más escorado, pero el colegiado Ortiz Arias dejó la jugada sin castigo, al igual que su colega en el VAR, Ignacio Iglesias Villanueva.
Pero la jugada más polémica llegó sin duda ya con el minuto 49 más que sobrepasado. El Valladolid lograba una última oportunidad a través de un saque de esquina que el colegiado dejó que se sacar pese a estar el tiempo cumplido, igual que hace tan sólo unos días en Turín y que acabó costándole al Sevilla el empate ante la Juventus.
El conjunto pucelano sacaba en corto el córner, para acabar en la frontal pero Loïc Badé, que estaba completando un gran partido, volvía a despejar con su pierna diestra el primer disparo del Real Valladolid, el balón salía del área raso y pitaba el final del partido pero casi al simultáneamente Escudero venía en carrera y se sacaba un zapatazo con el pie izquierdo que acababa entrando en la portería de Dmitrovic con un obús. La repetición mostraba ciertamente que el colegiado pitaba justo antes del disparo de Escudero, ya con el cronómetro en el minuto 50 de partido cuando habían añadido cuatro.
Las protestas del Valladolid acabaron con una cartulina roja para un miembro del cuerpo técnico de Pezzolano y con el propio entrenador uruguayo intentando calmar los ánimos de sus jugadores para no quedarse con uno menos en la segunda parte. De camino a vestuarios la situación seguía bastante caliente, con airadas protestas pero sin llegar a mayores por suerte para los locales, aunque la jugada quedará ahí para el recuerdo.
De lo que no se libró el árbitro madrileño de una gran pitada de camino a los vestuarios e incluso a la salida del túnel para comenzar la segunda parte, donde toda la grada se lanzó a garganta pelada contra el colegiado y haciendo gestos de esposas en lo que consideraba un 'atraco' para los intereses del Real Valladolid.