La Fiscalía neerlandesa pidió este viernes dos años de prisión para Quincy Promes, futbolista del Spartak de Moscú y ex jugador del Sevilla, acusado de “asalto grave” por apuñalar a un primo suyo en una rodilla en una fiesta familiar en julio de 2020. El futbolista profesional de 31 años está acusado de agredir a su primo con un cuchillo, alcanzando un tendón y causándole “lesiones graves en la rodilla” y problemas para caminar durante mucho tiempo. Todavía, de hecho, no puede correr ni ponerse en cuclillas y sufre trastorno de estrés postraumático.
La acusación formal es “agresión grave”, ya que la Fiscalía descarta el intento de asesinato, porque, señaló, no hay pruebas suficientes para establecer que el objetivo del agresor fuera “matar a la víctima”. Promes no asistió personalmente este viernes al juicio en el tribunal de Ámsterdam por obligaciones contractuales con el club ruso, aunque también teme ser arrestado en Países Bajos, ya que la Fiscalía le está investigando por otro caso. La investigación sobre el apuñalamiento comenzó en noviembre de 2020 por la información obtenida durante otro caso aún en curso. La policía interceptó conversaciones que indicaban que el sospechoso pudo haber estado involucrado en un altercado y una discusión que resultó en un apuñalamiento, señaló el Ministerio Público.
El incidente se produjo en una fiesta de cumpleaños del hermano de Promes en la ciudad de Abcoude, en Utrecht, en julio de 2020, y, aunque en un principio el sospechoso y la víctima trataron de llegar a un acuerdo por lo civil sobre una compensación, el asunto terminó en una denuncia y en la detención del jugador durante dos días en diciembre de ese año. La Policía también entrevistó a “muchos testigos” antes de concluir que “el sospechoso apuñaló a la víctima”, y escuchó varias conversaciones interceptadas, como una entre Promes y su padre, en la que el jugador afirmaría que la víctima “tiene suerte de que ya no lleve un arma de fuego, porque, si no, esta historia habría terminado aún peor”, recoge la Fiscalía.
No está claro el motivo de la discusión, pero “puede tener que ver con el robo de joyas de una tía”, un supuesto hurto del que Promes acusó a la víctima. El Ajax, club para el que jugaba el internacional neerlandés cuando fue detenido en 2020, lo vendió dos meses después al Spartak de Moscú por 8,5 millones de euros más variables, casi la mitad de los 15,7 más bonus que pagó al Sevilla, en el que militó durante la temporada 2018/2019. Ahora está intentando ser ciudadano ruso, pero sus problemas judiciales, al parecer, están afectando negativamente a su expediente.
EFE