Con los dichos populares hay que tener ya mucho cuidado. Los ofendiditos han superado a los trolls en determinadas redes sociales para convertirse en legión, como contaba al padre Damien Karras la poseída Regan McNeill en la fantástica novela de William Peter Blatty y algo peor película de William Friedkin 'El Exorcista'. Dice uno de aquéllos que, cuando el mal fario te domina, montas un circo y te crecen los enanos. Algo parecido debieron pensar en el Sevilla FC el curso pasado, una herencia que se arrastra hasta éste. Está claro que no sólo falló la planificación de Monchi, porque se renovó a Julen Lopetegui pese al descontento de un gran sector de la afición y la opinión contraria de parte de la cúpula, se mantuvieron los altísimos contratos de futbolistas veteranos y poco o nada revalorizables ya que no estaban rindiendo acorde a lo que cobran, además de no lograrse ingresos atípicos tras varios años de pérdidas por la Covid.
Pero llama la atención que ninguna de las seis apuestas del isleño, que sí atinó más en invierno (Badé, Bryan Gil, el regreso de Ocampos y, en menor medida, Pape Gueye, aparte de Mendilibar), se consolidó como blanquirrojo, hasta el punto de que dos 'volaron' a la mitad de ese primer año, Marcao entró en una espiral de lesiones en la que sigue y que contagió en parte a Nianzou (29 millones de euros costaron los dos), Januzaj jamás cogió la forma (y en Nervión siguen perdiendo dinero) y tan sólo Alex Telles tuvo cierta participación, pero siempre a la sombra de Acosta. Los fugados antes de tiempo son esos 'enanos' que han emergido hasta convertirse en gigantes, al menos en el caso de Isco Alarcón, que se parece cada vez más al que sobresalió en el Málaga CF y los primeros años en el Real Madrid, no al que deambuló por el Ramón Sánchez-Pizjuán, que acaba de visitar con mal sabor de boca por unos lamentables insultos cuando calentaba en los prolegómenos del derbi.
La otra resurrección la está protagonizando Kasper Dolberg, que pasó con todavía menos pena y gloria por el Sevilla, feliz por quitarse en enero pasado el 'muerto' de encima (jugó sólo 304 minutos y dio una asistencia más que discutible a Óliver Torres). El Niza no quería saber nada de una interrupción de la cesión, pero apareció el Hoffenheim al rescate. En la Bundesliga tampoco brilló el delantero danés 8dos tantos y uno brindado, eso sí), por lo que no hicieron por quedárselo y se desvinculó en verano del club de la Costa Azul para probar suerte en un Anderlecht que sí creyó en él (cinco kilos por su traspaso) y que también se acordó, como los germanos antes, de su compatriota y breve compañero en LaLiga Thomas Delaney, que acaba de volver de una aparatosa operación de clavícula. Pues el ex del Ajax está respondiendo de manera poco previsible.
Dolberg suma nueve goles y una asistencia en 14 encuentros con el segundo clasificado de la Jupiler Pro League, sólo por detrás del Union Saint-Gilloise. Siete de esas nueve dianas las ha marcado de forma consecutiva, con el 'impasse' por lesión ante el KAS Eupen. Su recién descubierta diabetes tipo 1, ya controlada y medicada, había condicionado su rendimiento anterior, pero el nórdico ha recuperado la sonrisa en un histórico, pero en un torneo de segunda fila. Así lo piensa, en declaraciones recogidas por 'Marca', Frank Boeckx, ex portero del Anderlecht, que ve al artillero "demasiadas cualidades para jugar en Bélgica", aunque admite que "atravesó por un periodo difícil", razón por la que considera su fichaje como "un riesgo calculado", vanagloriándose de que en el municipio de la región bruselense haya recibido "la confianza que necesitaba".