En su delicada situación económica, el Sevilla FC está poco menos que obligado a confiar en una cantera que viene tirando del carro esta temporada. Isaac Romero, Kike Salas, Carmona y Juanlu, todos ellos con un papel protagonista, representan la avanzadilla en los planes de García Pimienta. Pero el técnico catalán también le ha dado la alternativa a otros como Idumbo, Manu Bueno, Ramón Martínez, Mateo Mejía, Antonetti, Isra Domínguez, Collado, Castrín y Darío. Junto a ellos, uno de los que más llama la atención es Álvaro García Pascual, que vuelve a aporrear con fuerza la puerta después de marcar tres goles en las dos últimas jornadas con el Sevilla Atlético, el último de ellos de muy bella factura ante el Fuenlabrada, para sumar un total de ocho en 24 partidos su primera campaña como nervionense.
El fornido delantero malagueño ya tuvo la ocasión de debutar ante el Celta de Vigo, dejando muy buenas sensaciones, y gozó también de minutos en el Bernabéu ante el Real Madrid y en el descalabro copero ante la UD Almería, siendo convocado en otros dos partidos más antes de regresar al filial a finales de enero. Su objetivo ahora, como no puede ser de otro modo, es volver a disfrutar de nuevas oportunidades y abrirse paso en un Sevilla FC donde le gustaría echar raíces, después de desembarcar el pasado verano procedente de las ligas universitarias del Estados Unidos para reforzar en principio al equipo C, protagonizando una progresión que ha asombrado a todos.
“El haber jugado en el Ramón Sánchez-Pizjuán es algo que no puedo quitarme de la cabeza. Obviamente sueño con muchísimos más partidos de esos. Sé que tengo que jugar bien con el Sevilla Atlético para poder disfrutar de esos momentos, pero ese día fue especial, porque además fue la despedida de Navas, un ambiente espectacular, el campo lleno y ganamos el partido. Fue tremendo. Deportivamente, el sueño de cualquier chaval que haya pasado por el Sevilla es estar aquí 10 o 15 años, como el ejemplo de Jesús. Creo que todos los que estamos en el Sevilla Atlético deseamos eso y yo también”, ha manifestado el ariete en los medios oficiales del club.
Pero, a sus 22 años, el de Benalmádena no olvida que su sitio, de momento, está en el filial, donde se ha ganado la confianza de Jesús Galván. Además, aunque el equipo se encuentra actualmente en puestos de 'play off' de ascenso, rebaja la euforia para recordar cuál es la verdadera meta que se marcaron en Primera RFEF. "Llevamos una racha bastante buena, pero todavía el objetivo principal que tenemos, que es mantener la permanencia, no está hecho. Nos queda, al menos, ganar un partido más para subir a 47 puntos y que sea un poquito más seguro. Son rachas, al principio empezamos bien, después tuvimos una racha negativa con muchas derrotas seguidas, nervios y dudas, pero la verdad es que el equipo nunca ha dudado. Nosotros nunca hemos dudado de la forma de trabajar, de nuestro entrenador, de cómo ven el fútbol y de cómo jugamos al fútbol. Siempre hemos seguido una dinámica que al final nos ha llevado a tener buenos resultados”, destacó.
Para García Pascual, una de las clave está en el buen ambiente reinante. “Lo más importante en un equipo es que no sea solo un equipo de fútbol, sino como una familia. Un ambiente positivo, con bromas dentro del vestuario hace mucho porque eso crea una energía positiva que se refleja en el campo”, explicó, resaltando al mismo tiempo que el buen funcionamiento del grupo es el que da a todos los canteranos la posibilidad de alcanzar el primer equipo: "Ninguno lucha por su objetivo individual, sino por el colectivo. Al final, eso va unido de la mano. Si cumples tu objetivo colectivo, te va a facilitar cumplir tu objetivo individual. Es mucho más fácil llegar a tu objetivo individual y también hay mucha competitividad, pero una competitividad sana”, concluyó.
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