Lucas Ocampos ya es historia del Sevilla FC. En las últimas horas se cerró el traspaso del atacante argentino al Rayados de Monterrey, donde se embolsará una cifra superior a los cuatro millones de euros, en una operación que dejará en el conjunto nervionense un montante interesante, cercano a los siete millones de euros. Se marcha tras cinco años en el club, pero permanecerá en el recuerdo de una afición que le apreció y que lo hará después del honor con el que el de Quilmes vistió la rojiblanca. Tanto fue así que el jugador accedió a una despedida oficial ante los medios de comunicación en la que explicó el porqué de su marcha. Deja el Sevilla entre lágrimas, desde el antepalco del Sánchez-Pizjuán, en un acto celebrado para homenajear al doble campeón de Europa League en las temporadas 19/20 y 22/23, sendos trofeos presenciando la sala. Acompañado de su familia y de gran parte de la plantilla en un acto al que acudieron futbolistas como Jesús Navas, Suso, Isaac Romero, Gudelj o Saúl, entre otros, aparecieron el presidente, José María del Nido Carrasco, y el vicepresidente, José Castro, no así el míster García Pimienta, reunido en la capital madrileña con el resto de entrenadores, ni Víctor Orta, director deportivo sevillista.
Comenzó el acto con un emotivo vídeo de su trayectoria como futbolista rojiblanco. Visiblemente emocionado presenció, inseparable de una de sus dos hijas, que no dejó de abrazarle consciente de la tristeza de su padre, imágenes de las finales disputadas en Colonia o Budapest, de la celebración de estos títulos y de tantos y tantos goles que transformó con la rojiblanca.
Le siguió un vídeo de despedida de compañeros tan importante en su trayectoria en Nervión como Bono, Rakitic o Fernando Reges, así como Éver Banega, entre otros. Al término, tras las palabras del presidente José María del Nido Carrasco y del "capitán y leyenda", Jesús Navas, como así se refirió a él Lucas, el argentino desplegó una carta con la que, entre sollozos y lágrimas, se despidió de la que hasta la fecha era su casa.
"Me llevo recuerdos imborrables. Me llevo el cariño del día a día, de los que trabajan en el club y que siempre compartimos muchas cosas. He aburrido a los físios y a los utilleros con mis historias.
Es muy difícil decir estas palabras que me alejan de ustedes. Aquí me siento en mi casa, y agradezco el cariño que me dieron desde que llegué. Gracias al presidente, por los esfuerzos hechos para que hoy sea jugador de Rayados. Gracias por todo, y gracias al presidente por un momento que siempre queda en mi corazón, porque fue la primera persona que llegó al hospital cuando operaron a mi hija y eso no se le olvida a un padre.
Doy las gracias a Monchi por haberme dado la oportunidad de jugar en esta magnífico club y por darme su palaba de que volvería tras la cesión. Volví y fuimos campeones. Gracias a todos los técnicos que he tenido, gracias a Pimienta por estos meses. Este cuerpo técnico le dará muchas alegrías al club. Gracias a Mendilibar por hacerme vivir uno de los mejores momentos de m carera tras una experiencia horrible en Ámsterdam. Con Lopetegui viví uno de los mejores momentos de mi carrera, fue como un padre.
El Sevilla fue mi segunda familia y los llevaré en mi corazón. Muchas gracias a todos los sevillistas. Ha significado mucho para mí jugar en el Sánchez-Pizjuán. Me voy con la tranquilidad de haberlo dado todo y anteponiendo siempre el escudo y la institución a mis cuestiones personales. Hemos llorado, reído, pero simpe llevando el nombre del Sevilla a lo más alto.
Me llevo en el recuerdo el último partido en Nervión, entrando como capitán y con mis dos hijas. Y muchas gracias a mi familia porque fueron mi gran apoyo. No me formé en la Carretera de Utrera, pero me voy siendo un sevillista para toda la vida".