Sería un nuevo bandazo de estilos, cuando, seguramente, la transición más natural tras el despido de Julen Lopetegui habría sido apostar por José Bordalás. En ese momento, como el verano anterior cuando no estaba segura la continuidad del técnico vasco, el alicantino fue relacionado con el Sevilla FC, una noticia que circula de manera periódica desde que éste alcanzara objetivos y reconocimiento al frente del Getafe. Ahora, el runrún ha vuelto a tomar forma de rumor que nadie ha iniciado ni difundido, pero que todos han oído, incluso el propio Jorge Sampaoli. El protagonista más directo aludía a las redes sociales, haciéndose el loco o el sordo, pero dejándose querer, claro, mientras que sus agentes no confirman ni desmienten. Lo mismo que el club nervionense públicamente, mientras en privado recalcan que no están buscando sustituto al argentino, como es su obligación, al tiempo que otros, como de costumbre, fusilan al mensajero.
Si Bordalás y el entorno de Monchi aseguran que no están hablando (el levantino añade la coletilla de "por respeto a los compañeros"), habrá que tomarlo como la versión oficial. Pero no es éste un bulo sin padres del que luego, de consumarse, todos se apropiarán, sino una filtración interesada por personas muy allegadas a la institución blanquirroja. De hecho, primero en 'pétit comité' y a continuación ya en voz alta para que trascendiera, la censura al juego del equipo sevillista y el empecinamiento de su técnico al imponer un estilo para el que muchos de sus jugadores (especialmente los defensores) no están preparados se ha extendido en las últimas semanas por el antepalco del Ramón Sánchez-Pizjuán y la zona noble del Estadio Jesús Navas. Sin tapujos ni recatos, desde dentro se hace ver el descontento con Sampaoli y, en cierta forma, con los responsables de su elección.
En los mismos escenarios, así como en palcos VIP y otros contextos de reunión de aficionados y peñistas, el nombre de Bordalás ha circulado como la pólvora, acaso para testar su aceptación si en esta ocasión es la definitiva, con el agua al cuello en LaLiga. Las negociaciones y supuestos contactos con el alicantino, según algunos de los responsables de que se propaguen, habrían sido directos, pero no se descartan intermediarios ni una 'ley del silencio' hasta que la situación sea lo suficientemente grave que justifique un nuevo relevo en el banquillo nervionense. Según ha podido saber ESTADIO Deportivo, el asunto preocupa y ocupa a los dirigentes blanquirrojos, que lo tienen sobre la mesa, pero no se ha producido ningún ultimátum. Menos aún, tras el sufrido pase a cuartos de la Copa del Rey, que podría maquillar una muy mala campaña. Los próximos encuentros en el campeonato doméstico ante Cádiz y Elche, que podrían sacar del pozo al Sevilla o terminar de hundirlo, se antojan más decisivos que el duelo del torneo del K.O. de la próxima semana para tomar cualquier decisión.
Jorge Sampaoli firmó hasta el 30 de junio de 2024 con la convicción de que lograría alejar al equipo hispalense de la zona peligrosa de la tabla en Primera división, ganándose el derecho a conformar un proyecto desde cero en la elite el próximo verano. A diferencia de su primera etapa, cuando la tentación de entrenar a la selección argentina fue irrechazable, el de Casilda transmite a su círculo más cercano que se ve con fuerzas y argumentos para revertir la crisis actual, aunque echa de menos aún a cinco de los siete fichajes invernales prometidos (un central zurdo, un delantero centro con regate y movilidad, un extremo o carrilero por la izquierda, un pivote defensivo y un generador de juego). Su idea no es dimitir ni bajar los brazos. Por parte del club, mirando de reojo a la posible negociación con un José María del Nido Benavente que exige resultados inmediatos o cambios drásticos, están a la expectativa. Eso sí: no hay cláusulas de escape para un despido más barato en caso de permanencia en descenso... al menos hasta que no quede ya muy poco para el final de la 22/23.