Diego Alonso está sentenciado

Dos semanas. Ese es el tiempo que ha tenido Diego Alonso para demostrar que los que apostaban por él (José Castro, José María del Nido Carrasco y Víctor Orta) tras el empate ante el Betis tenían razón y 20 minutos es lo que ha tardado el técnico del Sevilla Fútbol Club en quitársela, concretamente los que pasan desde el desafortunado gol de Dmitrovic en propia puerta hasta el segundo tanto de Sadiq en el Reale Arena.

Ahora la sensación entre la afición, una afición cada vez más cansada de no ver ganar a su equipo, e incluso resignada ya, es la de que se han perdido dos en las que poder haber trabajado con otro entrenador. Pero Diego Alonso hablaba en la previa de la intención de que se viera una nueva versión de equipo tras este parón, que habían aprovechado para apretar en los conceptos tácticos, pero nada de eso se ha visto hoy sobre el terreno de juego. La misma primera parte que ante Cádiz, Celta o Betis.

El Sevilla logró maquillar el resultado con el gol de En-Nesyri, porque no siempre se puede empatar, y los que mandan ahora encontrarán la coartada perfecta para no mover un varal en la excusa de las dos expulsiones sufridas en la misma jugada, las de Sergio Ramos y las de Jesús Navas. Como deberá ser la impotencia de Jesús Navas para que reaccione así... Aunque se dice que los jugadores están encantados con el trabajo diario de Diego Alonso, no sé entonces qué me da más miedo, si unos jugadores que puedan hacerle la cama a su entrenador o unos acomodados.

Se han perdido dos semanas y ahora viene un calendario endiablado, con partidos cada tres días y sin descanso hasta el 23 de diciembre, cuando el club de Nervión dispute el partido atrasado ante el Atlético en el Wanda Metropolitano. Con una nueva movida junta de accionistas a la vuelta de la esquina y con todo apuntando que Del Nido seguirá sin poder votar en su nombre y por tanto, nada cambiará en el consejo de administración, son estos los que deben decidir qué hacer con Diego Alonso.

Si por los números fuera, Diego Alonso está más que sentenciado. Una victoria, en Copa ante el humilde Quintanar, tres derrotas y cuatro empates es el pobre bagaje del exseleccionador de Uruguay, muchísimo más pobre que el de sus antecesores Mendilibar y Sampaoli y ni que hablar con respecto a Lopetegui. Diego Alonso está sentenciado. Sólo falta conocer la fecha de firma de esa sentencia, si se producirá ahora o se producirá en plenas Navidades. Y cuando él se marche, habrá que ver que pasa con su máximo defensor, Víctor Orta.

¿Pero a quién fichan? ¿Fichará Orta a su sustituto? ¿O lo ficharán Castro y Del Nido Carrasco? Ese no es trabajo mío, yo estoy aquí para opinar sobre lo que veo sobre el terreno de juego. Eso es trabajo para otros, pero si el mercado no ofrece sustitutos de garantías, para ver esto, mejor un entrenador al que le hierva la sangre roja y blanca ¿no?