El Sevilla FC vio frenada este lunes su espectacular racha de cinco victorias y dos empates en los siete partidos con Mendilibar. El Girona CF se impuso por 0-2 en el Ramón Sánchez-Pizjuán, en un encuentro en el que Juanpe y Taty Castellanos tuvieron la puntería que les faltó a los nervionenses, que se fueron bastantes frustrados. Con especial "bronca" se fue el siempre pasional Marcos Acuña, que se calentó con el partido ya acabado y fue amonestado por el colegiado gallego Muñiz Ruiz.
Justo después del pitido final, Acuña se acercó a protestarle al árbitro con aparante tranquilidad, pero algo no le debió gustar a Muñiz Ruiz, que se echó la mano al bolsillo y de inmediato le mostró una amarilla que es la novena que ve el lateral zurdo argentino, por lo que jugará ante el RCD Espanyol apercibido de sanción. Fue en ese momento, al ver la amarilla, cuando más se calentó el 'Huevo' que sacó a relucir su fuerte carácter y tuvo que ser separado por Marko Dmitrovic. Con miedo a que su compañero fuera de nuevo expulsado -ya le cayeron dos partidos por protestar al final del partido ante el Celta-, el portero serbio se lo llevaba agarrado hasta el túnel de vestuarios, pero el campeón del mundo le insistía que estaba tranquilo y logró zafarse del marcaje justo antes de las escalerillas para volver al campo, aunque por suerte ya sin más encontronazos.
Minutos después, Marcos Acuña atendió a los medios de comunicación en zona mixta y aseguró que su protesta no se debía al penalti reclamado por Lucas Ocampos en la primera mitad, por un pisotón de Juanpe aún con 0-0 en el marcador. "No, aún no hablamos de esa jugada ni la he podido ver repetida, así que no puedo decir nada", explicó ante los micrófonos de Movistar+LaLiga, donde añadió que su "bronca" y su gesto serio se debían a la frustración por la falta de puntería que le costó la derrota al Sevilla FC, de la que ya se quejaron su entrenador, José Luis Mendilibar, y su compañero Bryan Gil, que entono el 'mea culpa'.
"Hemos luchado hasta el final, hemos tenido muchas ocasiones de gol que no entraron. A veces nos entran pero hoy no fue ese día. Ahora, a seguir luchando. El fútbol es así, va de hacer goles y el que más goles marca gana. Creo que hicimos un buen partido, pero no marcamos y ellos encontraron los goles en algunas desatenciones nuestras, por ahí se nos fue. Nos vamos enfadados por los goles errados, explicó, sin dar por perdido el tren europeo: "Todavía podemos seguir luchando, quedan partidos y trataremos de sacar los tres puntos en el próximo. Tenemos que descansar bien y trabajaremos mucho para estar mejor que hoy en el próximo partido".
"La grada siempre viene. Siempre alienta y a nosotros nos hace sentir bien y nos da fuerzas. A veces se puede ganar, a veces se puede perder, pero creo que la grada siempre está ahí", concluyó Acuña, con un mensaje de gratitud a las más de 36.000 personas que llenaron las gradas del Sánchez-Pizjuán y a las que espera volver a tener de su parte el jueves, ante el RCD Espanyol.