La plantilla del Sevilla FC conoció en la noche del pasado domingo que José Luis Mendilibar no seguiría al frente del equipo ya después de haberse ejercitado esa misma mañana, tras el empate del sábado ante el Rayo Vallecano y el lunes gozó de un día de descanso. Este martes debían volver al trabajo en sesión matinal, a partir de las 10:30 horas, pero el club decidió trasladar el entrenamiento a un horario vespertino (19:00 horas) para dar tiempo a que llegase el nuevo entrenador, que a falta de confirmación oficial será Diego Alonso. Los aficionados mayores de 20 años igual recuerdan su etapa como jugador en varios clubes de LaLiga (Valencia, Atlético, Racing, Málaga y Murcia), pero en líneas generales hay un cierto desconocimiento intergeneracional de cómo juegan sus equipos, ya que el trabajo más afamado del charrúa ha sido un efímero paso por la selección absoluta de su país y sus únicas experiencias en clubes fueron en las ligas de Uruguay, Paraguay, México y Estados Unidos.
Si su falta de experiencia en Europa y en clubes de primer nivel juega en su contra, a su favor puede decirse que lleva mucho tiempo estudiando el fútbol español y que hace tres años que mudó su residencia familiar a Madrid para empaparse del fútbol de LaLiga y esperar una oportunidad como la que le ha dado Víctor Orta. "Cuando se marcha Tabárez y me llama la federación, estaba en España. Me había ido allá con mi familia. Yo había tomado la decisión de ubicarme ahí para tomar cursos en la federación española. Me había inscrito a dos cursos y en ese momento estaba haciendo el primero de ellos. Además, había quedado con varios clubes para ir a ver sus entrenamientos, estudiar otros métodos y generar nuevos conocimientos para prepararme para el siguiente paso en mi carrera como entrenador", explicó Diego Alonso en la rueda de prensa de presentación como seleccionador charrúa en enero de 2022.
Para intentar explicar al sevillismo cuáles son las consignas principales del librillo de Diego Alonso, ESTADIO Deportivo ha buceado en varias entrevistas en las que el propio exdelantero explicaba las líneas esenciales de un sistema de juego que, a grandes rasgos, no debería implicar demasiados cambios para la plantilla del Sevilla FC, ya que más o menos coincide en lo que venía propugnando Mendilibar: "Un juego directo y dinámico", con "muchos centros al área y transiciones verticales", con balón; sin él, presión alta o media, pero nunca hundirse en bloque bajo porque la idea es recuperarlo cuanto antes y controlar la posesión.
"Me gusta dominar. Me gusta imponer condiciones y para ello no se puede defender hacia atrás. Hay que defender hacia adelante, presionar tras pérdida, parar contragolpes...", explicaba el propio Diego Alonso en una entrevista para El País Uruguay al poco de hacerse cargo de la selección celeste y cuyo vídeo puede rastrearse por YouTube, así como otros en los que explica su manera de entender el juego durante sus dos últimas experiencias a nivel de clubes, en el Monterrey (en la 18/19) y en el Inter de Miami (2020). Con Rayados ganó su segunda Liga de Campeones de la CONCACAF, tras conquistarla antes con el también equipo azteca del Pachuca, al que también hizo campeón de la Liga MX -son sus tres únicos títulos-.
Una de las palabras clave en su librillo es la de "variabilidad", tanto para cuando atacas como cuando te defiendes de un ataque del rival. Con este término intenta explicar que la clave es adaptarse a distintos lenguajes y escenarios, ya que no todos los equipos juegan de idéntica forma y el plan que te sirve para un encuentro igual no tiene sentido alguno en el siguiente. "En el fútbol está todo inventado", suele repetir mucho el futuro técnico del Sevilla FC, quien no deja nada en manos del azar. "No diría que soy un técnico obsesivo, pero me gusta estar atento y controlar todos los detalles", ha explicado en más de una ocasión.
Otro de los rasgos identitarios de Diego Alonso es que juega con un único delantero. Mendilibar siempre había jugado con dos hasta llegar a Nervión y pidió a Mariano para poder volver a hacerlo, algo para lo que finalmente no tuvo tiempo o no se atrevió. Su sistema más usado es el 1-4-2-3-1, aunque también se le ha visto con un 1-3-4-2-1. En ambos casos, los laterales son muy profundos y el equipo carga el área buscando multiplicar las opciones de remate con los extremos, que se internan tirando diagonales, y con la llegada desde atrás de los centrocampistas.
"Vamos buscando el sistema en el que los jugadores se sientan cómodos y después lo adaptamos a lo que necesite el partido. Los sistemas no son lo más importante, sino lo que uno hace con el. Ese es el arte del entrenador. Ir ajustando para que el equipo vaya funcionando y sea agradable a la idea que uno tiene. Uno observa algo y tiene que saber qué puede mejorar y en qué se puede ayudar más a los futbolistas".
Quienes le conocen le definen como un líder del vestuario. "Los jugadores y los miembros del 'staff' somos un grupo. Tenemos que formar parte de un mismo grupo. No se trata de llegar al vestuario y decirle al jugador 'Te voy a motivar'. No consiste en eso ni creo que sea lo más importante. Es importante, como la táctica, pero no son las cosas más importantes para manejar un vestuario. Lo importante es conocernos todos entre nosotros, mirarnos a los ojos y, a partir de ahí, allanar el camino para todo lo demás", explicaba Alonso en una de sus entrevistas como seleccionador uruguayo, reto que asumió cuando ya se había mudado en España a la espera de una oportunidad como la que le ha llegado ahora del Sevilla FC.