Perder a tu portero titular siempre es un contratiempo importante. Ese fue el caro peaje que el Sevilla FC tuvo que pagar en el duelo ante el Espanyol, en el que logró tres valiosos puntos, pero perdió por lesión a Badé, Nianzou y Nyland, siendo el meta noruego el que más preocupa, pues estará en torno a dos meses de baja al sufrir un esguince grado 2 del ligamento lateral interno de su rodilla izquierda.
Con el noruego en el dique seco, llega la oportunidad para Álvaro Fernández, el único miembro de la plantilla que todavía no había debutado, además de Pedro Ortiz. Tras aterrizar el pasado verano a coste cero, al acabar contrato con el Huesca, el riojano ha esperado paciente su oportunidad, viendo desde el banquillo cada una de las jornadas de LaLiga, hasta que el pasado viernes pudo estrenarse por el infortunio de su compañero.
El meta de Arnedo saltó al campo en el minuto 64 y no tuvo mucho trabajo, aunque se le vio sereno, si bien no salió con toda la seguridad necesaria en la acción que acabó con el penalti por manos de Gudelj, luego anulado por el colegiado tras revisar la acción a instancias del VAR. Fue un anticipo de lo que le espera, pues Nyland podría perderse siete encuentros ligueros y al menos dos en la Copa del Rey, siempre que se supere la primera eliminatoria.
Esa será, precisamente, la primera prueba de fuego como titular para Álvaro Ferllo, como aparece en su camiseta para unir los apellidos de sus padres. Este miércoles, a las 19:00 horas, saldrá por vez primera de inicio en la visita a La Rozas y comenzará su batalla personal por convencer tanto a García Pimienta como a Víctor Orta de que tiene un sitio en el conjunto de Nervión de cara a la próxima temporada.
Tras destacar la pasada campaña en Segunda división en las filas del conjunto oscense (33 goles encajados en 42 partidos y 20 porterías a cero), no le faltaron ofertas. Pero el que fuese canterano de Osasuna, con el que llegó a debutar en Primera división en la 16/17, optó por esperar al Sevilla FC hasta que se le diera salida a Dmitrovic. No le importó firmar por una sola temporada, como hiciera Nyland en año anterior.
En su contrato hasta 2025, además, no se recoge ninguna cláusula que pueda llevar a ampliar ese vínculo un año más, aunque en su presentación se mostró optimista. "Es lo que hemos acordado, es una oportunidad para ambos. Si todo va bien, si seguimos un plan establecido, entrenar y competir bien, lo lógico es que pueda renovar mi contrato", aseguró. Será su rendimiento, por tanto, el único que le pueda hacer ganarse su continuidad. A sus 26 años, se encuentra, sin duda, ante uno de los grandes retos de su carrera, tras marcharse muy joven al filial del Mónaco, pasar por el Extremadura y militar tres campañas en el Huesca, marchándose entre medias cedido al Brentford inglés y al Espanyol.