El futuro de Luis de la Fuente en la Selección Española se encuentra a día de hoy en el aire. Es una realidad a pesar de que se ha consolidado en el puesto tras superar numerosas adversidades que le han situado al borde del precipicio, sobre todo la polémica generada por su aplauso a Luis Rubiales cuando aseguró que no dimitiría.
Los resultados cosechados al frente de la Roja, con siete victorias y una sola derrota en ocho partidos, y el hecho de haberla clasificado con holgura para la Eurocopa a falta de dos partidos han disipado cualquier duda sobre su capacidad y la confianza en él es plena.
Sin embargo, su renovación como seleccionador se encuentra estancada y su contrato, como el propio De la Fuente confirmó, termina el 30 de junio, en plena Euro, por lo que, técnicamente, de no ampliar antes, España se quedaría sin entrenador durante la competición. El míster se refirió a este asunto ayer después de ofrecer la lista de convocados para los choques de Chipre y Georgia y fue bastante claro al respecto.
"Siempre he dicho que estoy donde quiero estar. Siempre que, cuando corresponda hacer esta negociación, si ambas partes estamos de acuerdos estaremos felices. Ahora no es el momento. Si no, se cierra la puerta y hasta luego. Termino contrato el 30 de junio", aseguró De la Fuente, que sabe de sobra que su ampliación se encuentra en 'stand by'.
La Real Federación Española de Fútbol tiene intención de renovar su confianza en él con una ampliación hasta el Mundial de Alemania, pero hay un obstáculo que, por ahora, lo impide y que, salvo sorpresa, prolongará este movimiento que se suele hacer cuando un seleccionador consigue un objetivo de esta índole.
Y es que el hecho de que todavía no haya un presidente electo en la RFEF tras la dimisión forzada de Luis Rubiales por su beso no consentido Jenni Hermoso ha provocado que se demore esta necesidad a pesar de que Pedro Rocha, mandatario interino, lo quiso activar en cuanto se consiguió el objetivo del pase a la Eurocopa. Su intención era presentar la propuesta a los presidentes de las federaciones regionales, pero finalmente dio marcha atrás ante la oposición con la que se encontró al no considerarse idóneo que esta decisión tan importante se tomara en interinidad, cargando al presidente elegido con una resolución que no había tomado su junta directiva.
De este modo, de momento se ha decidido aplazar las negociaciones hasta que haya elecciones en la Federación y se elija a un nuevo mandatario, lo cual está marcado en el calendario para el primer trimestre de 2024, ya peligrosamente cerca de la cita continental con el riesgo que supone.