Hay pocos futbolistas que demuestren el nivel de autocrítica, que se impongan una exigencia y que expresen todo eso con más sinceridad de lo que lo hace Takefusa Kubo. El extremo japonés rindió a un nivel superlativo en su primer año y medio como jugador de la Real Sociedad, ganándose la renovación hasta 2029 pero sin subir ni un céntimo su cláusula de rescisión fijada en 60 millones de euros, lo que le hizo ser señalado como uno de los más firmes candidatos para protagonizar un traspaso que llenase las arcas de la entidad y financiase la planificación de este curso. Sin embargo, al joven de 23 años le está costando recuperar su nivel desde su vuelta de la Copa de Asia el pasado mes de enero. Sabe que ha bajado mucho su rendimiento y, por sus gestos en el campo o la acidez de sus comentarios ante las cámaras, se le nota 'picado' consigo mismo e incluso enfadado por un mal inicio de curso (cuatro puntos de 12) ante el que no ha dudado en señalar como culpable a un vestuario que no está rindiendo a la altura de lo esperado.
Inconformista nato, siempre quiere más y se desespera si no le salen las cosas. Para esta 24/25 se ha marcado el reto de acabar por primera vez con 'dobles dígitos' -en la 23/24 se quedó en 7 goles con 5 asistencias y en la 22/23 firmó un 9+9-, pero le está costando mucho reencontrarse con su mejor versión. En la visita al RCD Espanyol, en la segunda jornada, salió enrabietado por su inesperada suplencia y dejó salir la rabia acumulada cuando marcó el golazo del único triunfo hasta la fecha de la Real Sociedad. Su celebración dio mucho que hablar. Tenía su trasfondo, pues era su primera diana desde que el ya lejano 18 de febrero vio puerta por última vez ante el RCD Mallorca. Han sido más de seis meses sin marcar ni asistir, pero poco a poco está retomando el vuelo y sabe que está en una semana clave para decírselo al mundo entero.
Además del mencionado tanto en Cornellà, Kubo ha seguido recargando las pilas en este parón liguero, donde ha sido partícipe de las dos goleadas de Japón ante China (7-0) y Baréin (0-5). Especialmente destacada fue su actuación en el primero de esos dos duelos, en el que aportó un tanto y dos asistencias. En el segundo encuentro saltó en el 65', ya con cuatro goles de ventaja para el cuadro nipón. Pese a ello, salió con ganas y generó mucho peligro en una faceta casi desconocida para la afición 'txuri-urdin'. En su selección, Take es el encargado de ejecutar todas las acciones a balón parado, aspecto que a la Real Sociedad le está costando aprovechar ante la ausencia de centímetros paliada a última hora con la llegada de Óskarsson (1,87) o Aguerd (1,91). "Espero que el entrenador estuviera mirando... Me pregunto si aprovecharemos las jugadas a balón parado para meter más goles", indicó en su país, en un mensaje dirigido a Imanol Alguacil que no ha pasado desapercibido en Gipuzkoa tras aquella celebración tan extraña.
Tras recuperar sensacines con Japón, Kubo se ejercitó por primera vez en Zubieta este pasado jueves y, al término de la sesión, atendió a las cámaras de Gol Televisión para analizar la previa del encuentro de este sábado ante el Real Madrid, un equipo que apostó por conservar la mitad de los derechos del joven extremo cuando le traspasó a la Real Sociedad en el verano de 2022 por 6,5 millones de euros. Como cabe esperar en una emisora nacional, todas las preguntas fueron sobre las estrellas blancas: el mal momento de Vinicius, su supuesta incompatibilidad con un Mbappé que también se siente más cómodo en la izquierda, la posible vuelta de Bellingham tras su lesión, el manifiesto descontento de Rodrygo... Sin embargo, el japonés supo cómo darle la vuelta para vender su propio producto.
"Estos partidos siempre generan mucha más repercusión. Creo que es bueno para mí intentar vender mi nombre ante estos equipos grandes como Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid", indicó. Sobre los debatidos problemas en el equipo merengue tiene menos que decir, aunque considera que la causa del mal juego merengue salta a la vista: "Creo que lo estamos viendo todos. Al final, los tres de arriba juegan en una misma posición y eso conlleva que a lo mejor no estén dando su mejor versión; pero como no es nuestro equipo... nosotros intentamos preocuparnos por lo nuestro".
"A Mbappé le sufrimos mucho más cuando jugaba pegado a la banda que cuando lo hacía como delantero centro. De momento, en LaLiga yo creo que está pasando lo mismo y ojalá no le salgan bien las cosas contra nosotros. Lo mejor para la Real Sociedad es que Mabappé no juegue en la banda porque ahí sí que lo veo casi imparable. Si juega de delantero centro, pues tendremos que estar atento para frenar esa velocidad punta que tiene cuando arranca de la nada. Tendremos que ayudarnos mucho entre nosotros cuando el jugador que tiene el balón levante la cabeza para buscarle", añadió, desde la experiencia del doble duelo de Champions del curso pasado ante el PSG.