La polémica del Mallorca-Real Sociedad: tres decisiones que cambiaron el partido

El Mallorca-Real Sociedad ha sido vibrante, con goles, ocasiones y tensión, mucha tensión, sobre todo provocada por la discutida actuación del colegiado, Pablo González Fuertes, que ha sido el protagonista negativo del duelo

La polémica del Mallorca-Real Sociedad: tres decisiones que cambiaron el partido
Un lance del Mallorca-Real Sociedad de la jornada 25 de LaLiga EA Sports - Cordon Press
Francisco SalasFrancisco Salas 3 min lectura

Mallorca y Real Sociedad han disputado un duelo muy igualado en el que hasta el gol de Mikel Merino en el último minuto del descuento, todo hacía indicar que el marcador iba a acabar equilibrado, aunque antes de eso pasaron multitud de cosas que hicieron que el partido se convirtiera en un hervidero que no ha sido capaz de controlar en ningún momento el colegiado, el asturiano Pablo González Fuertes, al que se la ha ido de las manos en el tramo final de la primera parte y ya no ha podido recuperar el control del duelo.

En Mallorca han acabado extremadamente cabreados con el trencilla, incluso con un irónico Abdón Prats solicitando que ya que se va a crear una tarjeta azul para acabar con las pérdidas de tiempo y las faltas tácticas, se cree una para los árbitros, en los días donde no acierten con sus decisiones. Las quejas de Prats vienen de una acción que cambió por completo el devenir del duelo, la expulsión de Raíllo en el tramo final de los cuarenta cinco minutos en una acción sumamente polémica. El 21 recibió la primera tras una protestar por una falta que a su parecer había recibido, algo que no le gustó y reaccionó con unos tímidos aplausos que le provocaron la segunda cartulina y la consiguiente expulsión. Hay que recordar que este equipo arbitral es de los que menos tarjetas sacan de toda LaLiga, pero en cambio hoy ha estado especialmente activo en ese sentido, ya que un total de diez jugadores han sido amonestados, e incluso también han sido expulsados el preparador físico de los vascos (curiosamente también por aplaudir) y el segundo entrenador bermellón, por sus ostensibles protestas.

Pero no solo en el aparatado tarjetil ha estado mal, si no que hay dos acciones que escuecen especialmente. En la jugada del gol del empate de los de San Sebastián, obra de Kubo, se produjo una falta muy clara sobre Muriqi, cuando Zubeldia recuperó el balón arrollando al kosovar, justo antes de asistir al nipón. Y la otra fue un penalti, ya en el descuento, cuando de nuevo Muriqi fue derribado en el área y tras corroborarlo con el VAR, tampoco vio nada el juez. Estas acciones han provocado una pitada monumental en Son Moix, un campo que suele ser muy respetuoso y no entrar en protestas ni polémicas, pero que en noches como hoy no puede evitarlo.