Pitar un Clásico no debe ser tarea sencilla. Porque estás en el foco mundial puesto durante noventa minutos. Y si ambos se están jugando el título liguero a falta de siete jornadas la cosa se complica aún más. Y pese a las herramientas que existen hoy día, estas no evitan que haya polémica. Incluso la agravan en ciertos partidos, como ha ocurrido esta noche en el Santiago Bernabéu, donde el árbitro riojano César Soto Grado y el árbitro murciano situado en la sala VOR Sánchez Martínez han tenido una primera parte bastante movidita.
Hasta tres veces se tuvo que llevar la mano a la oreja el primero de ellos para determinar varias jugadas polémicas que tuvieron que ser revisadas. La primera de ellas fue la del gol del empate madridista. El tanto de Vinicius de penalti fue la primera jugada caliente de este decisivo partido por el título liguero. Y es que en la jugada protagonizada por Lucas Vázquez dentro del área barcelonista, Pau Cubarsí coloca su cuerpo para evitar que pase el lateral blanco y este lo ve claro y hace chocar su pierna con la del canterano azulgrana. Diferentes tomas de la misma jugada provocan sensaciones diferentes, pero la mayoría confirman el error del joven zaguero catalán.
Sin embargo, minutos después, su compañero Lamine Yamal fue protagonista de la acción más polémica del partido. Fue en una acción a balón parado, donde metió su pierna y desvió el balón, sorprendiendo a Lunin, que claramente saca el balón debajo de los palos. El cuerpo del meta blanco estaba completamente dentro del marco pero desde la sala VAR mostraron ciertas imágenes que no aclaraban la jugada del todo, lo que impedía decretar el segundo tanto de los de Xavi.
Eso sí, viendo una de las imágenes, todo hace indicar que el esférico rebasó por completo la línea de gol, si bien no existe de momento toma alguna que lo demuestre.
Por último, el propio Lamine Yamal también fue objetivo de un posible penalti en una acción con Camavinga. El extremo, el más incisivo de los suyos, desbordó una vez más al francés y en última instancia existe un ligero toque que le podría desequilibrar, pero el árbitro consideró que ya no tenía opción de jugar el balón y no pitó nada. Tampoco los azulgranas lo reclamaron demasiado, sólo Xavi desde el área técnica, quien no se podía creer que no la revisara siquiera el VAR.