La derrota del pasado sábado ante el Real Betis (1-2) no sólo supuso el primer traspié de la temporada en casa para el CA Osasuna, que contaba sus cinco comparecencias anteriores en El Sadar por cuatro victorias (incluida una muy meritoria por 4-2 ante el FC Barcelona) y un empate, sino que los rojillos vieron cómo los verdiblancos le daban caza en la clasificación de Primera división y le adelantaban en la lucha por los puestos europeos. Además, aunque el único de los futbolistas participantes que se perderá la próxima jornada es el heliopolitano Natan de Souza, expulsado al poco de ingresar en las postrimerías del choque por un plantillazo muy alto, cercano a la rodilla, a Raúl García de Haro, el encuentro saldrá más caro a los anfitriones, que, no obstante, deben darse por satisfechos a la postre, porque el partido declarado de Alto Riesgo no pasó a mayores.
LaLiga, eso sí, registra en su habitual informe para el Comité de Competición y la Comisión Antiviolencia hasta nueve incidentes relacionados con cánticos xenófobos, racistas o violentos, con insultos al Real Betis y al ex jugador osasunista Ezequiel Ávila, al que tildaron de "hijo de puta" en varias ocasiones y le desearon literalmente la muerte en otras tantas. Además, el segundo entrenador de Vicente Moreno, el responsable de las acciones de estrategia, Dani Pendín, tendrá que ausentarse las dos próximas jornadas del banquillo por dirigirse en términos inapropiados al árbitro del encuentro, el gallego Muñiz Ruiz, con una multa económica accesoria de 600 euros al infractor y de 700 euros para el club. A buen seguro, el bolsillo de la institución norteña habrá de abrirse próximamente, pues el tema de los cánticos suele acabar de esa manera.
Además, la fea reacción de un sector de la grada baja del Gol Sur de El Sadar, donde suele ubicarse el grupo ultra 'Indar Gorri', tras el 0-1 de Vitor Roque, por fortuna, no fue demasiado grave, pues se lanzaron algunos objetos pequeños, aunque la mayoría fue líquido. Estos hechos han sido tildados de leves, por lo que el asunto se quedará también en una sanción económica no demasiado elevada para un CA Osasuna que deberá tomar nota para futuros choques con el fin de que no se repitan determinadas actitudes, que en ningún caso fueron secundadas por el resto de los miles de asistentes al partido de la décima jornada de la máxima categoría del fútbol español.