Ni Jonathan Viera, ni García Pimienta, ni ninguna figura de peso en la UD Las Palmas se ha pronunciado abiertamente sobre la controvertida situación del futbolista en el conjunto amarillo, que en la últimas jornadas ha pasado de imprescindible a innecesario. Suplente ante Celta y Villarreal, este fin de semana se cayó de la convocatoria ante el Rayo, un partido que a la postre acabó perdiendo la UD y que puso aún más de manifiesto el problemón que tiene la entidad entre manos.
Nadie duda de que tener a un jugador como Viera en la grada es un capricho que un equipo como la UD Las Palmas no puede permitirse. Y la situación no ha ido más que empeorando con el paso de los días, una vez que semanas atrás -algo más de tres- fuera el propio Jonathan Viera quien insinuara su marcha del club, dando paso a las nuevas generaciones. Desde entonces, palabras vacías, apelando uno y otro a la unión, y gestos contrario a lo que se dice públicamente, como la no convocatoria de Jonathan Viera.
Nadie ha aclarado desde entonces qué es lo que realmente ocurre, cuál es el verdadero problema de Jonathan Viera, filtrándose una supuesta mala relación entre García Pimienta y Jonathan Viera que ambos han intentado (a su modo) de negar hasta que el propio técnico amarillo ha acabado por sucumbir a la presión y echar balones fuera. "No lo sé", dijo en la rueda de prensa posterior a la derrota ante el Rayo cuando se le preguntaba por si Jonathan Viera volvería a enfundarse la elástica amarilla y que horas antes había sido contundente en redes.
La relación entre técnico y futbolista está rota. Nadie duda de eso, pero tampoco ha existido un gran problema entre ellos. O al menos eso aseguran diversas fuentes. El problema, según otras versiones, sería económico. Es cierto que el presidente de la UD aseguró que no es así y que el '21' puede irse por contrato cuando quiera, pero claro, con 15 millones de euros (brutos) firmados y pendientes de cobrar, esa decisión no es tan sencilla como para tomársela a la ligera.
Y en este contexto, ahora aparece un nuevo detalle que podría dar mucho sentido a estas convulsas semanas en torno a Viera. Se trata de un problema personal en la familia de Jonathan Viera y que la propia protagonista se ha encargado de aclarar en sus redes sociales. Se trata de Estefanía Reyes, mujer del jugador: "Hace semanas mi vida se detuvo: me detectaron esa maldita palabra de seis letras que todavía me cuesta escribir. Me detectaron un tumor maligno en el útero y tras semanas de incertidumbre he sido operada. Todo ha salido muy bien y por suerte lo hemos pillado muy a tiempo".
Con este argumento, las piezas del puzle comienzan a cuadrar un poco mejor. Con los nervios a flor de piel y una total inestabilidad emocional, a Jonathan Viera no le sentó nada bien sentarse en el banquillo cuando venía de marcar un tanto y dar otro en la remontada frente al Celta. Las formas por parte del técnico hacia un futbolista que, a buen seguro, vivía uno de los momentos personales más duros de su vida, hicieron estallar a la persona. Faltó comprensión y Viera tampoco supo gestionarlo de la mejor manera.
Los problemas personales y dudas que azotaban en su cabeza colapsaron al futbolista, que literalmente cortocircuitó. Ese 8 de octubre no estuvo a la altura como profesional, mostrando una imagen durante el cuarto de hora que estuvo sobre el campo que no se corresponde a la de un profesional. Tampoco quiso acudir a la charla del técnico durante la pausa de hidratación... En definitiva, que ninguno estuvo a la altura y, posiblemente, faltó mucha empatía.
Desde el club, de hecho, tampoco estuvieron a la altura a la hora de gestionar el problema: cerraron filas y anunciaron la renovación de García Pimienta hasta 2025. El pulso lo ganó el técnico, que lo dejó claro en su última comparecencia pública: "Si (Viera) tiene que decir algo... Yo no quiero decir nada".