Si hay un entrenador de moda en LaLiga ese es Míchel Sánchez. El técnico del Girona logró meter al equipo en la Champions League el curso pasado y aspira a seguir dando guerra entre los grandes. Pero el técnico madrileño no olvida sus orígenes y analiza el sentimiento vallecano en una entrevista concedida al programa 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER. Además admite que posiblemente su capacidad de gestión no serviría para un equipo grande: "Siempre me han dicho que no. Como no he estado, no sé lo que hacen los otros entrenadores. A lo mejor es un modelo de gestión que hay otros entrenadores que lo hacen. Porque Ancelotti yo creo que gestiona muy bien. Me gustaría que todas estas charlas que han salido mías, salieran de otros entrenadores (risas). Nosotros somos de demasiadas puertas abiertas. Yo no tengo nada que esconder y el club en este sentido creo que hace las cosas bien".
Cuestionado por su metodología, explicó la importancia del trabajo mental: "Es fundamental. Te encuentras en un escenario ante un gran rival, con un objetivo tan importante cómo entrar en Champions, y todo te puede llevar a bloquearte. Yo soy de los que piensan que el trabajo mental es clave porque yo lo he sufrido como jugador y tengo la sensación de que el jugador liberado y con una creencia en lo que estamos haciendo, es cualquier de romper cualquier barrera".
No se ve un 'jefe' para sus jugadores: "Intento que no sea piramidal. Que no esté yo arriba del todo. Siempre les digo que mis puertas están abiertas, que el tú a tú tiene que ser clave; sin mentiras, directo. Y muy personal. No puedo obviar la parte personal del jugador. Porque tiene representante que le va a decir que si no juega que el míster no te quiere, que tienen familia, si duermen bien o no por la noche... para nosotros todas estas cosas son importantes en el día a día. Yo no puedo obviar el 360 del jugador. Tengo que mirar el futbolista como persona. Entonces les digo; ¿cómo no voy a hablar de su entorno personal si eso te va a influir en lo deportivo? No les puedo hablar sólo de lo deportivo, les voy a hablar de nuestra relación, de lo que quiero, de la cultura deportiva quiero impregnar dentro del equipo para que sean importantes. Tengo una relación muy directa y muchas veces escuchan cosas que no les va a gustar".
Forjado en el Rayo como jugador y entrenador, las visitas de Míchel al Estadio de Vallecas son siempre especiales: "Es el único partido en el que verdad que no disfruto. Me gustaría no enfrentarme nunca. Sé que forma parte del fútbol, pero no se me olvida nunca. He estado desde los 13 años y me fui con 40 y tantos...", comenzó diciendo.
Y detalla lo que significa el barrio en su vida y en su manera de ver el fútbol: "Como vallecano siempre he tenido ese sentimiento reivindicativo. De querer crecer y demostrar que podemos hacer las cosas bien aunque seamos un equipo pequeño. No quiere decir que le faltemos el respeto a los demás, pero sí tener esa rebeldía de ir al Bernabéu y querer ser protagonistas. Hay mucha dificultad pero por muchos momentos lo hemos conseguido. Creo que en estos tres años se ha visto un Girona muy reconocible".
Prosiguió: "Son las experiencias que he vivido. Y una cultura de barrio. Vallecas es un barrio muy reivindicativo. Mis padres vivían en casas bajas y gracias a esa remodelación del barrio, que lo hizo el PSOE junto con las asociaciones de vecinos, conseguimos que mis padres, mis tíos y mis abuelos tuvieran un piso. Es un barrio que siempre ha tenido movilidad por y para mejorar las cosas. Eso lo tengo del barrio y de mi familia: intento que mis jugadores sean cada día mejores".
Por último recordó que "un jugador no puede ser ajeno a la sociedad en la que vivimos. Yo no quiero un jugador que esté ahí las dos horas del partido y que luego se vaya a casa y no le importe nada el entorno en el que está".