Alejandro Sáez4 min lecturaEl ‘Caso Negreira’ está en boca de todos en el mundo del fútbol español. La Fiscalía de Barcelona investiga un presunto delito de corrupción entre particulares a una empresa de José María Enríquez Negreira, exárbitro y número dos del Comité Técnico de Árbitros (CTA) entre 1994 y 2018, por unos pagos de 1’4 millones por el FC Barcelona entre 2016 y 2018.
El escándalo, lógicamente, ha corrido como la pólvora, habiéndose escrito ya ríos de tinta al respecto. Desde el Barcelona se defienden como pueden, habiendo emitido ya un comunicado en el que dan a entender la existencia de una 'mano negra' y que, como el presidente azulgrana Joan Laporta ha llegado a asegurar que la aparición de la noticia de los pagos a Negreira hoy día “no es casualidad”.
“Nos reservamos todas las acciones que sean necesarias para defender la honorabilidad y los intereses del FC Barcelona", ha dicho Laporta en unas declaraciones a los medios del club. Sin embargo, podría no ser el Barcelona el único conjunto catalán al que le salpica el escándalo, pudiendo verse también envuelto el Girona FC.
Según publica El Periódico, el Girona FC también habría pagado 55.000 euros a una empresa del vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira para desarrollar labores de coaching. Siguiendo esta información, el conjunto gerundense habría contratado los servicios de Soccercam SL, una empresa de la que era apoderado el vicepresidente de los árbitros que ha sido interrogado por la Fiscalía de Barcelona en relación a los 1’4 millones de euros que habría pagado el conjunto azulgrana en concepto de asesoramiento entre 2016 y 2018.
Según esta información, el Girona pagó entre septiembre de 2010 y noviembre de 2011 una cantidad de 55.000 euros más IVA, gastos de desplazamientos y primas a dicha empresa por labores de coaching. La tarea la llevó a cabo el propio hijo del número dos de los árbitros españoles, Javier Enriquez, socio de Soccercam en el Registro mercantil.
Durante su primera temporada en el club catalán ingresaron 3.000 mensuales por labores de mental coach. Ese año, el Girona FC acabó la temporada en undécima posición. La temporada siguiente, los ingresos se duplicaron hasta los 6.000 euros mensuales hasta que el 5 de noviembre el conjunto rojiblanco comunicó su despido por carta. Esto llevó hasta un contencioso judicial que, en primera instancia, condenó al Girona FC a pagar una indemnización de 63.700 euros. La Audiencia Provincial de Girona acabó estimando que el club solo debía abonar la cantidad correspondiente a la nómina de octubre y los cinco días de noviembre que quedaban pendientes de pagar al término del contrato, unos ocho mil euros.