Bajan las aguas revueltas por el Getafe CF. El técnico de los azulones, Quique Sánchez Flores, no pudo esconder su enorme enfado tras la derrota (3-1) ante el Mallorca en el estadio Son Moix, la cual llegó después de que los suyas fueran capaces de ponerse con ventaja en el marcador durante la primera mitad.
"El plan que hicimos en el primer tiempo fue muy bueno. No es lo mismo tener a Muriqi a 50 metros (de la portería) que tenerlo cerca; no es lo mismo defender 30 metros más atrás que más adelante ante un equipo como el Mallorca, que maneja dos herramientas, pero muy bien manejadas", señaló Sánchez Flores antes de recalcar cómo todo cambió tras el paso por vestuarios.
"En el descanso (que finalizó con ventaja visitante 0-1 tras el gol de Borja Mayoral) hablamos con los jugadores y sabíamos que lo estábamos haciendo bien. Tuvimos calma con los balones pasando por Luis Milla y los centrales, pero (en la segunda parte) teníamos al opción de elegir mierda o elegir bien, y hemos elegido mierda", añadió el técnico de los azulones.
La derrota deja a la entidad madrileña al borde del abismo, ya que en estos momentos ocupa la 16ª posición en LaLiga Santander con solo un punto de ventaja respecto a los puestos de descenso, los cuales marca el Valencia con 30 puntos. Pese a tal situación, el experimentado técnico no quiere poner al árbitro como excusa de la derrota, en la cual hubo polémica con un posible penalti por manos de un defensa mallorquinista en la jugada previa al tercer gol de Kang In Lee.
"Mi equipo no tiene de qué quejarse. No supimos parar a un jugador en la contra. Nosotros despertamos al Mallorca y al estadio. Hemos merecido perder por el segundo tiempo que hicimos", fue la conclusión a la que llegó un enfadadísimo Quique Sánchez Flores.
Si bien la situación es muy complicada, en el Getafe tienen claro que tienen en su mano mantenerse en Primera división, ya que el calendario les depara varios enfrentamientos con rivales directos. Para empezar, en la próxima jornada reciben a la UD Almería, encuentro tras el que viajarán a Barcelona para medir fuerzas con el RCD Espanyol. De lo que ocurra en esos dos choques dependerá que los restantes seis se conviertan en un camino hacia la salvación o en un verdadero calvario.