El Video Assistant Referee o Árbitro Asistente de Vídeo (VAR, por sus siglas en inglés) es una herramienta de ayuda tecnológica a los colegiados sobre el césped desde otra ubicación en la que compañeros de profesión revisan las cámaras de televisión para evitar errores claros, obvios y manifiestos en jugadas decisivas o un incidente grave inadvertido, según la International Board.
Fue ideado a principios de la década pasada (2011) por un grupo de expertos e ingenieros del proyecto Arbitraje 2.0, liderado por la Real Asociación de Fútbol de los Países Bajos (KNVB) y probado de manera virtual durante la temporada 2012/2013 de la Eredivisie, máxima categoría del fútbol del país centroeuropeo. Sin embargo, el promotor inmobiliario español Francisco López Romera reclama una indemnización millonaria a la FIFA al defender que fue él quien lo inventó y registró en 1999.
Se incorporó por vez primera de manera completa en la temporada 2017/2018 en la Serie A italiana y la Bundesliga alemana, aunque su funcionamiento no fue regulado hasta la edición 2018/2019 de las Reglas del Juego de la FIFA. El banco de pruebas oficial fue el Mundial de Rusia 2018, tras el que se implantó también en LaLiga española (su estreno fue el 12 de agosto de 2018, en la Supercopa de España entre el Sevilla FC y el FC Barcelona), la Ligue 1 francesa y la Premier League inglesa. En lo que respecta a España, ya se utiliza en Segunda división, la Copa del Rey (solamente desde cuartos de final) y la citada Supercopa, pero no, por ejemplo, en la Liga F, máxima categoría femenina, por los costes derivados de la adecuación de los estadios y sus instalaciones.
En las competiciones internacionales de clubes se empieza a utilizar en las eliminatorias (desde octavos de final) de la Champions League 18/19, extendiéndose a partir de entonces en los cuatro torneos bajo su auspicio desde el principio: UCL, Europa League, Supercopa de Europa y Conference League. Las pruebas en Rusia 2018 se realizaron a partir del sistema desarrollado por Hawk-Eye Innovations Limited, la empresa que en 2000 suministró la tecnología de Ojo de Halcón en Inglaterra para su aplicación, primero, al cricket, y, a continuación, a otros deportes como tenis, voleibol, bádminton o rugby, previos al fútbol.
El VAR se utiliza en los cuatro supuestos que la FIFA considera Jugadas Decisivas:
Goles: cada vez que se concede un tanto, se revisan todas las acciones previas que determinan la jugada en cuestión, confirmando que sea legal o que deba ser invalidado por fuera de juego o falta previos o del goleador.
Penaltis: se comprueba si realmente ha habido una acción o punible o existe un error en la interpretación del árbitro principal de campo.
Tarjetas rojas: se descartan las acciones de segunda amarilla o amonestaciones simples, salvo que éstas sean en realidad merecedoras de roja, y se revisa si una roja mostrada es excesiva o no.
Identificación: de aplicación en las jugadas confusas en las que el árbitro no determina correctamente quién debe recibir una tarjeta.
El VAR se articula sobre un equipo de tres árbitros que, en una sala (en algunos países, en el mismo escenario; en otros, como en España, en una sede fija y centralizada) disponen de imágenes de TV del partido tomadas desde distintos ángulos y tiros de cámara, así como medios tecnológicos para su análisis. Estos colegiados están en conexión directa por un intercomunicador con el juez principal del encuentro tanto para realizarle advertencias como para recibir sus cuestiones y dudas. El único que tiene potestad para aplicarlo es el árbitro principal, que podrá ser avisado desde la sala VOR, si bien la última decisión siempre será suya, consulte o no el monitor de que dispone en la banda, entre ambos banquillos, para ver las repeticiones que le sirvan sus compañeros. Si comprueba las imágenes en la citada pantalla auxiliar, el colegiado de campo debe dibujar un rectángulo en el aire con sus manos para que el público entienda que su decisión posterior y definitiva procede de la citada consulta.