Los Palacios y Villafranca es tierra de buena gente y buenos futbolistas. Para muestra de ello, Fabián Ruíz, un jugador humilde, trabajador, con los pies en el suelo y sacrificado a más no poder. Este domingo afrontará la final de la Eurocopa 2024 en el Estadio Olímpico de Berlín a partir de las 21:00 horas ante toda una Inglaterra. Los de Gareth Southgate se componían al inicio del torneo como la principal favorita, y aunque no han cumplido con los presagios futbolísticos, si lo han hecho a nivel de etapas. Tienen exactamente las mismas probabilidades que España habiendo jugado mucho peor.
Uno de los que intentará que la cuarta se venga para Madrid será el centrocampista del PSG. El ex bético ha atendido a los compañeros de El Mundo para hablar de su pasado, su presente y su futuro más inmediato, el mayor reto de su carrera. De los primeros temas de los que habló fue de su estado físico. Se encuentra al límite después de haber realizado un despliegue físico abrumador durante todo el torneo y tras una temporada demasiado cargada de partidos.
"No me duele el corazón. Pero todo lo demás me duele. Es verdad que jugando una final de Eurocopa se te quitan los dolores. El partido de Alemania fue el peor, acabé muerto, se me subían músculos que no sabía ni que existían".
"Muchos partidos, muchas competiciones, mucho desgaste, físico y mental, estar todos los días concentrado, pensando, mejorando... Es duro, no te voy a mentir. ¡Y ojo, eh! Que sé que tampoco estamos en la mina. Pero sí que son desgastes físicos cada tres días, y el resto entrenando, y así durante un año sin parar, así que llegas a este momento en las últimas. Pero merece la pena. Es una final de Eurocopa con España", sentenciaba el palaciego.
Ante este tipo de situaciones, las recuperaciones son complicadas y ante tal esfuerzo se suele perder el apetito: "Pues me obligo a comer, porque no me entra nada. Un poco de sushi, un trozo de pizza... Pero me cuesta. Intento beber batidos para la recuperación...".
Sin nervios. Así se define. Y desde luego que cuando salta al terreno de juego demuestra su sinceridad porque no le tiemblan el pulso ni las piernas: "Todos mis amigos y mi familia me preguntan: ¿estás nervioso? Y siempre les digo: pues no. Y me dicen: ¿Cómo puedes estar tranquilo, si estamos nosotros atacados? Pues estoy tranquilo. En el momento del partido hay un cosquilleo en la barriga, pero al final te vas adaptando. Es difícil de explicar".
Para Fabián, su madre es absolutamente todo: "Es la primera persona en la que pienso para cualquier cosa. Es mi apoyo, el pilar fundamental de mi vida, a la que le debo todo lo que soy. Ha luchado muchísimo por mí. Ahora lo hablo con ella, miramos hacia atrás y decimos: 'madre mía, hasta dónde hemos llegado'".