Que a Vinicius le gustan los focos no es noticia. Que le gusta ser el protagonista sin balón tampoco lo es. Pero lo que nadie esperaba en la final de la Copa del Rey ante Osasuna es que protagonizara uno de los gestos más feo de su carrera y que podría traerle consecuencias en un futuro no muy lejano.
El atacante madridista, cuando se estaba realizando el saludo protocolario antes de que el balón comenzara a rodar, se dio la vuelta y no saludó a los árbitros. Y lo hizo con toda la intención del mundo. En pleno debate de si los árbitros en España desprotegen al brasileño en cada partido o no, el extremo decidió tomarse la justicia por su mano. Y nunca mejor dicho, porque no quiso estrechar la suya ni con Sánchez Martínez y ni con sus ayudantes.
Sin embargo, la concentración del jugador blanco fue tal que antes del minuto 2 ya había decantado la balanza con una jugada excepcional en la que le hizo un 'traje' a Moncayola y dio un pase de la muerte que, finalmente, fue aprovechado por su compatriota Rodrygo para firmar el 1-0.
Lo celebró Vinicius como si fuese suyo. Y es que el primer tiempo fue completamente un monólogo de él. Entró al trapo con los cánticos de la afición osasunista y con toda la defensa rojilla. Y mientras tanto, cada vez que recibía el balón desesperaba a Moncayola, a quien le tocó hoy bailar con la más fea y más sin ser lateral.
Y cuando el primer acto murió, apareció otro futbolista de sangre caliente: Chimy Ávila. Sabiendo que el brasileño había visto una tarjeta amarilla en estos primeros cuarenta y cinco minutos, fue a provocarle al túnel de vestuarios y ambos se cruzaron una serie de mensajes que hizo subir la temperatura de ambos equipos. Menos mal que entre Lucas Vázquez y otros jugadores de ambos equipos lograron calmar los ánimos y entre todos pudieron sofocar este roce.
En el descanso, Carlo Ancelotti debió darle un toque de atención a su jugador porque, a la salida de los vestuarios, salía el técnico italiano con el brazo por encima del hombro del brasileño para darle los últimos consejos para afrontar la segunda mitad con algo de más calma, ya que podía dejar a su equipo con un jugador menos. Y las palabras de 'Carletto' funcionaron porque volvió a ser protagonista en la jugada del segundo gol y su comportamiento mejoró.