R. Madrid
Union Berlin
Lo advertía Carlos Ancelotti en la previa: “Debemos tener paciencia”. Y así fue, su Real Madrid sufrió de lo lindo para comenzar ganando en esta UEFA Champions League ante un rocoso Union de Berlín que resistió hasta el minuto 94. La épica del Bernabéu no conoce límites y Bellingham no quería perdérselo, anotando el gol de los suyos, el quinto en su cuenta en lo que va de temporada, para hacer estallar en el epílogo al coliseo blanco.
Comenzó animado el conjunto blanco, impetuoso, pero poco a poco fue cayendo en la tela de arena tejida por un Union Berlín hipermotivado por gozar de su estreno en la máxima competición continental en el marco incomparable del Santiago Bernabéu.
Muy pronto, a los 2 minutos, el conjunto germano avisó de que no tendería una alfombra roja a los madridistas. Becker metió un buen centro desde el costado derecho y Rüdiger se interponía ‘in extremis’ para evitar el remate de Behrens en boca de gol. Un susto rápidamente sorprendido por el Madrid, con un cabezazo de Joselu que atajó el meta visitante.
Poco después, a los seis minutos, el delantero blanco volvía a intentarlo con un nuevo testarazo que se fue alto. Parecía que los blancos habían salido decididos a resolver por la vía rápida. Nada más lejos de la realidad. Ahí se paró casi toda la producción ofensiva de los den Ancelotti en una primera mitad en la que tuvieron el control del juego, pero sin la necesaria velocidad para sorprender y buscar pases verticales que hicieran daño en la ordenada defensa del Union Berlín.
Tocaban y tocaban los blancos, con Modric asumiendo los galones en la medular en esta oportunidad concedida por el técnico italiano. Pero Bonucci y Leite lo despejaban todo, mientras el resto de sus compañeros no se dejaba ni una gota de esfuerzo para tapar espacios. Al Madrid no le quedaba otra que buscar los centros laterales y lanzar saques de esquina, hasta ocho en el primer periodo, si bien apenas pudo rematar uno Joselu, cuyo cabezazo se marchó de nuevo desviado en el 24’.
Tras el paso por vestuarios, el partido fue otro. Ahora sí, el conjunto madridista empezó a apretar y acumular ocasiones, una tras otra y de todos los colores. Sacó hasta 16 saques de esquina. Se estrelló dos veces con el palo, una tras un acrobático disparo de Rordrygo y otra en un cabezazo de Joselu que desvió un inspiradísimo Rönnow.
Lo intentaron de todas las formas posibles los blancos, atascado también por momentos, pues el reloj corría y los nervios empezaban a aparecer. Pero el Real Madrid tiene acostumbrado a los suyos a creer hasta el final. En el 94’, Valverde disparaba y el balón, tras dos rebotes, le llegaba a Bellingham. El inglés no fallaba. Derribó al fin el muro de Berlín y el Madrid comienza con buen pie en una Champions en la que tiene depositadas, como siempre, muchas ilusiones.