Paco García3 min lecturaEl Cádiz CF, que estrenará el nuevo año este viernes con su visita al Valencia en la decimosexta jornada de LaLiga, sólo ha ganado uno de los treces partidos que ha disputado en el feudo del conjunto che, donde el cuadro gaditano acumula, además, ocho derrotas y sólo cuatro empates.
El único triunfo del Cádiz en el campo valencianista (1-2) se produjo en la campaña 1988-89, en el entonces denominado Estadio Luis Casanova, cuando el equipo que dirigía el gallego David Vidal se impuso gracias a los goles del delantero gaditano José González y del algecireño Manolo Villa, frente al tanto marcado por el defensa de La Alcudia Salvador González 'Voro'.
Por el contrario, la mayor goleada encajada por el cuadro cadista en sus visitas al Valencia fue en la temporada 1992-93, en la que el equipo entrenado entonces por el holandés Guus Hiddink venció por 5-0 con sendos dobletes del búlgaro Luboslav Penev y del valenciano Fernando Gómez Colomer, y un tanto del castellonense Roberto Fernández.
Una campaña antes, el conjunto valencianista, también dirigido por Hiddink, goleó al Cádiz por 4-0, con dos tantos de Roberto, otro del madrileño Carlos Arroyo y uno más del brasileño Leonardo de Araújo.
Lucas Pérez ya es historia para el Cádiz CF. El club gaditano no ha querido esperar a que acabase el año para despedirse del jugador, que en las últimas horas tenía muy avanzadas las negociaciones con el RC Deportivo de la Coruña. El delantero gallego tenía claro que quería jugar en su exequipo antes de su retirada y por fin cumplirá su sueño.
La decisión del atacante es por puro romanticismo futbolístico, ya que no solo reniega a una gran cantidad de dinero para poner rumbo al Deportivo de la Coruña, sino que además, buena parte de él saldrá de su propio bolsillo. La rescisión de su contrato costará un millón de euros, de los cuales 493.000 euros los pagará el propio futbolista, y 507.000 euros los abonará el club que preside Antonio Couceiro.
A Pérez los cadistas no podrán reprocharle nada, ni dudar de su profesionalidad, la misma que ha demostrado en numerosas ocasiones dentro y fuera del campo. El problema ahora es para Sergio González para encontrarle un recambio de garantías que les ayude en el camino hacia la salvación.
El delantero ha sido los últimos meses la apuesta del Deportivo, en una decisión donde asumen riesgos ambas partes.