Una aceleración irreal del Celta por Borja Iglesias: así está realmente su salida

Aunque en Vigo dan por hecho que el 'Panda' volverá a su antigua casa como sustituto de Larsen, falta mucho camino por recorrer para que el de Santiago vuelva a vestir de celeste

Una aceleración irreal del Celta por Borja Iglesias: así está realmente su salida
El artillero gallego cabecea a gol durante su etapa en el Celta B. - @BorjaIglesias9
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura

El RC Celta acaba de vender a su delantero centro titular, Jorgen Strand Larsen, a los Wolves, aunque la fórmula no ha sido finalmente la deseada y no tendrá tantos ingresos de golpe. El conjunto inglés sí aceptó pagar 30 millones de euros, lo que exigían desde Balaídos, aunque por motivos de 'Fair Play Financiero' será una cesión remumerada (tres kilos) con opción de compra de 27 que se vuelve obligación según unos parámetros de rendimiento, al parecer, relativamente fáciles. Un traspaso en diferido que sirve para burlar la normativa tanto del LCPD de LaLiga como su variante en la Premier League, ya que las obligaciones directas computan inmediatamente en el límite salarial, mientras que, ahora, como le ocurrió al Real Betis con la adquisición postergada de Willian José desde la Real Sociedad, ese ingreso mayor afectará a la 25/26 y no a la 24/25. Incluso, se le dará oficialidad la semana que viene para que entre en el siguiente ejercicio fiscal.

Desde Vigo apuntan a Borja Iglesias como el sustituto deseado del punta noruego, un movimiento también con un fuerte componente afectivo, porque el todavía verdiblanco hasta 2026 nació en Santiago de Compostela y militó en los escalafones inferiores celestes entre 2013 y 2018, cuando se marchó a un RCD Espanyol que abonó los 10 millones de su cláusula de rescisión (tras triunfar en Segunda división con el Real Zaragoza), quejándose un año más tarde de que desde La Palmera se lo llevaran junto a Rubi de la misma forma (dejó en Cornellà-El Prat rendimiento alto en un curso y 28 kilos, 18 de plusvalía). Al 'Panda' le queda una 'espinita' clavada por no haber podido jugar con el primer equipo del RC Celta, con Eduardo Berizzo negándole esa opción, por lo que volver ahora, a sus 31 años, es una opción que le atrae mucho. Aunque de ahí a que esté todo hablado y avanzado dista un mundo.

Según ha podido conocer ESTADIO Deportivo, la celeste es una de las vías abiertas para que Borja, con el que no cuenta Manuel Pellegrini, afronte el siguiente paso en su carrera deportiva, junto con las de Stuttgart, UD Las Palmas y Rayo Vallecano. Sin embargo, no le ha llamado hasta el momento Claudio Giráldez para hacerle ver que será importante en su proyecto, luchando por un puesto con Iago Aspas y Douvikas. Podría haberlo hecho el capitán celtiña, extremo que tampoco está confirmado, pero seguro que no el entrenador gallego. Además, está el hándicap económico. El Real Betis exige ocho millones de euros por su pase, justo lo que necesita para cuadrar la amortización pendiente. Ya le va a perder algo a Willian José y, aunque también prioriza deshacerse de una de sus fichas más elevadas (en torno a dos kilos netos), existe la obligación de equilibrar ese valor neto contable.

Si ya pagar un traspaso elevado por un delantero de su edad y con su discreta trayectoria reciente resulta complicado para el RC Celta, afrontar su sueldo es otro asunto peliagudo. Ese listón solamente lo alcanza en Balaídos el propio Aspas. Varias fuentes dan por hecho que Iglesias se reduciría los emolumentos por tal de volver, pero ni eso es una realidad palpable ni se han sentado siquiera a negociarlo. Deben producirse, por tanto, unas condiciones idóneas desde el plano monetario para el retorno del 'hijo pródigo'. Y la inclusión en el trato del lateral zurdo Manu Sánchez, apuntan desde la planta noble del Benito Villamarín, no está contemplada. De hecho, no hay gestiones abiertas con sus homólogos vigueses, quienes, tras no contar con 30 kilos de golpe, sino solamente con la parte reutilizable de los tres que adelantan los Wolves, podría tener que dar antes otras salidas para que les salieran mínimamente las cuentas.