Es tan tímido como parece, por lo que tiene bastante mérito que haya decidido abrirse en canal tres años y medio después en un correcto español. Lo ha conseguido el querido Álex Mérida en 'El Correo de Andalucía', donde Youssouf Sabaly pasa revista a todos los temas que le afectan y afectaron en este tiempo. Empezando por las lesiones, que han lastrado claramente su estancia en el Real Betis y que constituyen un factor sin el que ningún aficionado verdiblanco tendría la más mínima duda sobre su continuidad y, más allá, su titularidad en el lateral derecho. Aunque cuenta el de Chesnay que lo de actuar a pie cambiado no fue algo de su seleccionador en Senegal, sino que irrumpió en la elite alternando ambos perfiles "cuando no había otro", aunque se le olvida mencionar que lo haría bien siendo diestro. Y no habría debate porque llegó gratis y, pese a la falta de regularidad, ha ofrecido unas cotas muy altas de rendimiento.
"Son parte de (la profesión de) los futbolistas. Es una pena lesionarse, pero hay que ser paciente. Siempre hay algo peor. Los fisios me ayudan y todo el club me ayuda. Y la verdad es que estoy bien de cabeza. Tengo mucha confianza en mí. Poco a poco; ojalá que no tenga otras lesiones, pero a ver", asegura el ex del Girondins, que tiró de responsabilidad en sus primeros años de cesiones por parte del PSG (al que llegó gracias a que acompañaba a un amigo a una prueba) a Évian, Nantes y el propio Burdeos. Ya entonces pensaba, tras llegar hasta la sub 21 francesa, vestir la camiseta del combinado nacional de sus padres, aunque esperó hasta que le compraron en propiedad por cuatro millones de euros en 2017. Amigo de Pogba cuando el mediocentro empezaba, ha perdido un poco el contacto con él y no se atreve a recomendarlo como agente libre pese a le necesidad bética en la 'sala de máquinas': "Para todo eso están los técnicos...".
Un año después, todavía recuerda su decisión de dejar la selección de Senegal para centrarse en la recta final de su carrera, que pasa por ahora por el Real Betis: "Fue un momento difícil, pero a veces tengo que pensar en mí, en la salud. Es verdad que había muchos partidos, tuve muchas lesiones y sentí que era el momento. Es algo que pensé durante un tiempo y, ahora, creo que fue mejor opción para mí". Una circunstancia que le privará de luchar por un título que le habría hecho especial ilusión, tras ser campeón del Mundo sub 20 en 2013 con los galos y de la Copa del Rey con los heliopolitanos en la 21/22. "La Copa de África para mí tiene mucha importancia, porque es como un Mundial", apunta Sabaly, que cree que algún día un conjunto africano levantará el cetro global: "Creo que ahora se ha desarrollado mejor, así que, poco a poco, vamos a ver muchos equipos de África arriba. Falta nada, falta nada... Los equipos son muy buenos y vamos a ir creciendo".
Por último, el ex del Girondins, el pequeño de cuatro hermanos que llegó a 'coquetear' con el judo entre los seis y los ocho años, recuerda su llegada a La Palmera y lo mucho que le ayudó alguien a quien echa de menos, Nabil Fekir, que, más que "un amigo, es un hermano" para él. "Yo no conocía la ciudad de Sevilla, pero vine aquí, me presentaron el proyecto y, directamente, sabía que iba a venir aquí. Entonces es un buen recuerdo y estoy muy contento de estar aquí en este club. Ahora me gusta todo, la verdad. Me gusta el centro, el tiempo, la familia que es el club... Al año siguiente, ganamos la Copa y fue lo más importante. Sentí mucho orgullo, pues soy alguien que intenta buscar cualquier cosa que pueda obtener; hasta ahora es lo único que tengo y estoy orgulloso".