Aitor Torvisco9 min lecturaEl técnico del Real Betis, Manuel Pellegrini, volvía a sufrir la baja de Nabil Fekir, que cayó en Roma hace una semana y se sumó a las de Juanmi Jiménez y Víctor Camarasa. Tampoco podía contar con Martín Montoya y Loren Morón, quienes no están inscritos en esta primera fase de la Europa League; contratiempos que no impidieron al chileno seguir con su habitual política de rotaciones. Sí recuperó a Luiz Henrique, entre algodones toda la semana, aunque el brasileño se quedó en el banquillo junto a otras piezas importantes como Guido Rodríguez o William Carvalho, que salieron al final.
Bravo, como viene siendo habitual en la Europa League, regresó a la portería. Por delante del meta chileno, formó una defensa con Pezzella, que no puede jugar el domingo ante el Almería por sanción, con Luiz Felipe, que viene de cumplir la suya, y con Aitor Ruibal y Miranda como laterales. De la medular hacia arriba, volvían al once otros tres fijos en competición continental como Guardado, Joaquín y Willian José, junto a Paul, Rodri y el intocable Canales.
Pellegrini se fue 1-0 al descanso y, pese al gol anulado a la Roma en el añadido del primer tiempo, vio los mejores minutos del Betis en ese tramo final previo al paso por vestuarios. En la segunda, sin embargo, se topó con una Roma igual de sólida, inspirada para empatar y firme para dar inmediatamente un paso atrás y volverse a cerrar. -Así te contamos en directo el partido-.
Mourinho logró quitarle el balón y le incitaba a adelantar su línea de presión tocando muy cerca de su área, a lo que el técnico del Betis respondió renovando su centro del campo: Luiz Henrique entró por Joaquín, desplazando a la izquierda a Rodri, mientras que Guido y Carvalho suplieron a Guardado y Canales. Además, cambios de 'hombre por hombre' con Borja y Álex, por Willian José y Miranda.
Manos seguras en los centros y nervios de acero cuando le toca jugar con el pie. El buen trabajo de sus defensores le permitio llegar al descanso sin mucha exigencia, más allá de los insistente envíos laterales de la Roma. Arrancó la segunda con una mala salida, pero Miranda le salvó antes de que Belotti le batiese a placer.
Al comodín de Pellegrini le tocó esta vez jugar de lateral derecho. Todas las veces que se midió a Spinazzola ganó en los duelos y marcó territorio. Además de su innegociable mono de trabajo, no renunció a la más mínima oportunidad de irse al ataque y aportar profundidad.
No jugará ante el Almería por sanción y fue directo al once. Muy concentrado, atento a las coberturas y dominante en los duelos aéreos.
Al contrario que su compañero de zaga, volvía al once tras cumplir sanción ante el Valladolid. Cada día está más claro que con Pezzella es con quien mejor se entiende. Supo cuándo juntarse al argentino y cuándo salir de zona para ayudar.
Disciplinado en defensa, como siempre, tuvo una muy clara para abrir el marcador. Al filo de primer cuarto de hora, penetró sin ser detectado, pero resbaló al intentar controlar un magnífico balón de Canales que le dejaba solo ante Rui Patricio. Salvador, despejando sobre la línea en la reanudación.
Muy bien colocado, echó el ancla para estar atento a labores de corrección, tarea que resolvió con solvencia y mesura expeditiva. Está aprendiendo a medir su ímpetu y, si lo consigue, será un mediocentro 'top', pues con el balón no arriesga.
Muy sacrificado en tareas defensivas, formó un doble pivote puro junto a Paul, aunque con algo más de responsabilidad en la salida en su caso. Atento y disciplinado en la cobertura a Miranda. Vio una amarilla que acarrea suspensión y no estará ante el Ludogorets.
Muy activo, con mucha movilidad y ofreciéndose por momentos como el mejor socio de Canales para tocar por dentro en un tramo inicial muy igualado. Protagonizó el primer disparo a puerta, que botó antes de encontrarse con Rui Patricio, y luego comenzó a mostrarse más intermitente. Tras la entrada de Luiz Henrique se cambió a la banda izquierda y resurgió.
Protegido en la zona ancha por un doble pivote muy posicional, tenía total libertad de movimientos para convertirse en el epicentro de la creación de juego. Visto que faltaba último pase, se atrevió con disparos lejanos. Así llegó el 1-0, con ayuda de Ibáñez, y dos ocasiones más antes del descanso.
De menos a más. Se fue animando con el paso de los minutos, abandonando la banda izquierda para mostrarse más indetectable y participar más a menudo. Otro clínic de cómo pisar y proteger el balón. Se ganó la ovación de todo el estadio tras ser sustituido en el 69' tras un regate en seco espectacular.
Casi siempre que interviene lo hace de espaldas y normalmente con mucho criterio, pero con escasa opción para percutir.
Su equipo limó muchos defectos defensivos y sólo sufrió en contadas acciones. Muy solvente la dupla de centrales y sólido el doble pivote en la medular. A cambio, sólo Canales y chispazos de Rodri y Joaquín animaban el partido en el otro área. A ratos perdió el control del juego, pero siempre supo cómo recuperarlo. Equilibrada batalla táctica con su antagonista por excelencia, Jose Mourinho.
Salió con chispa, pero no pudo hacer otra cosa que continuar el trabajo de Willian José, útil a la hora de oxigenar el juego, pero poco productivo. Al menos, al Panda le dio tiempo a probar su disparo con un zapatazo escorado que no cogió portería.
El brasileño, héroe en el triunfo en Roma con un gol y una asistencia, tuvo unos minutos después de estar entre algodones toda la semana. Le faltó ese plus de energía para encarar o tratar de romper al espacio.
Fue salir y hacerse amigo del balón. Hasta entonces, la Roma tocaba muy atrás para intentar forzar que el Betis saliese, pero con el portugués en el campo la posesión se equilibró de nuevo.
Se juntó a Paul y entre los dos levantaron un muro para que la Roma no pudiese generar más peligro en el tramo final.
Último cambio en el conjunto verdiblanco, suplió a Miranda en el 86' y apenas le dio tiempo a dejarse ver. Se dedicó a mantener el sitio y a no arriesgar.