Mañana de alegrías y sonrisas plenas en la Ciudad Deportiva Rafael Gordillo. En realidad, estas últimas semanas están siendo gratificantes en lo que se refiere a Félix Garreta, que dio el susto hace nueve meses, cuando sufría un grave traumatismo craneoencefálico durante una visita a su Barcelona natal para realizarse unas pruebas durante su cesión al Amorebieta y que, como si de un milagro se tratara, está ahora muy cerca de su vida normal. Con 20 años recién cumplidos, uno de los canteranos más prometedores del Real Betis (bueno, del Damm para ser justos, aunque lleva desde 2020 en la disciplina verdiblanca) jugó, muy a su pesar, en las camas de un hospital el partido de su vida. Incluso, estuvo en coma inducido para comprobar si remitía y se reabsorbía el hematoma cerca de su cerebro, por lo que impresiona ver cuántos pasos y cuán importantes está dando.
El de Palau-solità i Plegamans, que ya se estrenó a las órdenes de Manuel Pellegrini y seguía, bastante más joven, los pasos de un Raúl García de Haro ya asentado en la elite con el CA Osasuna, recibía a finales de octubre de 2024 el alta médica, tras completar la primera parte de su rehabilitación, siendo inscrito por el segundo equipo heliopolitano en el mercado invernal con el dorsal '12'. Después de un tiempo ejercitándose al margen para testar su nivel físico y comprobar sus sensaciones, Félix se unía este miércoles 12 de febrero de 2025 a los ejercicios grupales. Con una protección acolchada en todo el contorno de la cabeza que recordaba a la que lució muchos años el guardameta checo Petr Cech, que recibió un rodillazo fatal del extremo irlandés del Reading Stephen Hunt en 2006 que le fracturó el cráneo. De momento, será su acompañante.
"Sentimos una alegría inmensa de que estés de nuevo aquí con nosotros. Espero que te lleves una alegría hoy tú también, porque es un día muy importante", le decía al principio de la sesión en Entrenúcleos su entrenador, un Arzu García Muñoz visiblemente emocionado. Como muchos de los compañeros de Félix, al que recibieron con el habitual pasillo de collejas que se dedica a los recién llegados y que se ha extendido a los que celebran un cumpleaños o una renovación, aunque también a los que retornan tras una larga lesión. Por razones obvias, las palmadas del equipo fueron en la espalda de Martí Garreta, con una sonrisa de oreja a oreja. No juega un partido oficial desde el 20 de abril de 2024. Un día antes de su cumpleaños. Ese día la mostraron antes del descanso una rigurosa tarjeta roja que allanó la goleada del Real Valladolid en Lezama (0-3). Unas semanas después, todo negro. Ahora, aunque Dios sabe cuándo volverá a sentir esa sensación, todo es luz. Y el túnel quedó atrás. Cada vez más lejos.