El traspaso de Luiz Henrique sigue a falta de flecos. No entre vendedor (Real Betis) y comprador (Eagle Football Holding Limited), de acuerdo por 16 millones de euros fijos y cuatro en variables de fácil cumplimiento. El escollo es el jugador, que dio su beneplácito a la operación desde el punto de vista económico, pero que sigue sin ver claro el beneficio para su carrera que supondría volver ahora a Brasil. Y es que, a la hora de revisar la documentación, se dio cuenta de que su compromiso hasta 2029 es con Botafogo, por mucho que John Textor le prometa que no pasará de 2025 su vuelta a casa. Los asesores del de Petrópolis accedieron con matices a validar un trato del que depende el resto de movimientos verdiblancos en la recta final de la ventana invernal, aunque esperan la respuesta del magnate estadounidense a su última contraoferta. Al no llegar durante la madrugada del martes, el zurdo se ejercitó con normalidad a las órdenes de Manuel Pellegrini y podría hacerlo este miércoles (10:30 horas).
Pasaría por el aro el ex de Fluminense de vestir de albinegro medio año, pero siempre y cuando luego se enrolara en el Olympique Lyonnais o, al menos, figurase ya en su nómina, documentalmente hablando, con cesión rumbo a Río de Janeiro. Sin embargo, el control financiero en Francia impide al también dueño de ese club encajar ahora una operación de 16+4 kilos. Como vía intermedia, que sea una contratación del Crystal Palace, lo que justificaría una estancia previa en tierras suramericanas por las estrictas normas de inmigración en Inglaterra. Quiere asegurarse Luiz Henrique de que el salto al Viejo Continente no ha de esperar un año ni año y medio, pues, paradójicamente, para un brasileño es más fácil jugar en la 'canarinha' triunfando aquí que en su propio país. Fuentes de la negociación esperan que todo se aclare a tiempo y confían en que no peligre una entente casi total, pues no hay diferencias económicas ni en las formas de pago.
Muy pendientes de lo que ocurra con su dorsal 11 están en la planta noble del Benito Villamarín, pues la onda expansiva afectará, para bien o para mal, al resto de movimientos en verdiblanco. La prioridad es el delantero que llegue por Borja Iglesias, con lo del 'Chimy' Ávila atascado, pero no descartado. Se tocan otras puertas, entre otras cosas porque podría salir también Willian José al Palmeiras y, entonces, deberían llegar dos puntas, no uno. Sin Luiz Henrique vendido, el Betis únicamente puede llegar a cesiones con opción de compra. Por eso, está intentando de abaratar gestiones incluyendo a Juan Cruz, como ha ocurrido con el Espanyol por Braithwaite o el Alavés por Luis Rioja, en ambas ocasiones sin éxito. Por su parte, el argentino tiene claro que lo mejor para él es marcharse, incluso sin el brasileño en la plantilla. Desde Elche apuntan que les ha dado el 'sí' a ellos, tras tenerlo hecho con el Leganés, pero en Zaragoza y Tenerife hablan también de avances y de ofensiva. Veremos.
En cualquier caso, la mayoría de los réditos que dejen las salidas se emplearán en Pablo Fornals, por el que se mantiene un intenso tira y afloja con el West Ham. La primera respuesta londinense es que el castellonense ha recuperado su sitio y no está en venta, aunque todos saben que, en cuanto acabe la Copa de África y se alivie la enfermería, volverá a ser suplente. El quid de la cuestión es que, como ya sabe el Nápoles, los 'hammers' no aceptan préstamos, sino un traspaso que ronde los 8 millones de euros. El Betis, en el mejor de los casos, llegaba a cinco (bonus incluidos) y pagados en diferido. Los nuevos contactos, que se han producido este martes, implican una mejora en las cantidades y las condiciones. Los heliopolitanos intentarán que no haya venta directa u obligación de compra, que computan igual a efectos de LCPD, pero tratan de contentar a los ingleses con unas cláusulas de fácil cumplimiento y otros detalles de ingeniería financiera. En la planta noble del Villamarín son muy optimistas.