Nico Williams y su complicidad con Lamine Yamal están siendo la gran sensación de la selección española en la Eurocopa. Este pasado domingo, sin ir más lejos, marcó un auténtico golazo en la victoria de España ante Georgia en los octavos de final de la Eurocopa. Un argumento más, sin duda, para que los grandes de Europa le sigan de cerca la pista, siendo el Barcelona uno de los clubes que más interés ha demostrado en él en los últimos meses.
Las bromas entre Lamine y Nico para que fiche por el Barcelona son continuas desde que comenzó la Eurocopa, así como las preguntas de la prensa sobre su futuro. El pequeño de los Williams siempre responde lo mismo: Es feliz en el Athletic, donde renovó hasta 2027, y en un futuro ya se verá. Su agente, de hecho, tiene orden de no comentarle nada al respecto hasta que acabe su participación en la Euro de Alemania, aunque todo hace indicar que Nico e Iñaki compartirán vestuario la próxima temporada, en la que el Athletic Club vuelve a Europa.
De hecho, según publica el diario Sport, no todo el mundo en el FC Barcelona está por la labor de fichar a Nico Williams. Como es lógico, nadie discute en la cúpula azulgrana la calidad del joven extremo del Athletic Club, quien daría un importante salto de calidad al plantel que dirigirá Hansi Flick. Sin embargo, algunos miembros de la junta directiva consideran que Nico Williams no ha sabido gestionar su futuro de la manera más oportuna para los intereses culés.
Según el citado medio, estos directivos entienden que el atacante conoce el interés culé desde la pasada temporada y que, en cambio, prefirió renovar con el Athletic hasta 2027 en lugar de no hacerlo, lo que le habría permitido salir con la carta de libertad este verano. Un movimiento que, lógicamente, habría aligerado las cuentas de un Barça en una delicada situación económica.
Entienden, estos directivos más reticentes, que es normal que el futbolista quisiera hacerle un favor a su equipo, en el que se ha formado como futbolista. Sin embargo, eso va directamente en contra de los intereses del Barça, que ahora deberá negociar su fichaje y hacer frente, como mínimo, a los 58 millones de euros que marca su cláusula de rescisión. Se antoja, por tanto, unos meses moviditos en lo que respecta al futuro del pequeño de los Williams.