El Athletic Club de Bilbao volverá a Europa la próxima temporada después de seis años de ausencia. Lo hará disputando la Europa League. El conjunto vasco tendrá que salvar un obstáculo importante para poder llegar a la final de la competición que se disputará en San Mamés en el mes de mayo. Esa piedra en el camino no es otra que el bajo coeficiente UEFA debido a su ausencia de en torneos continentales durante los últimos años.
Este hecho, en principio, situará al equipo de Ernesto Valverde en el tercer o cuarto bombo del sorteo de la fase de liga de la Europa League. Gracias a los cambios en el formato de las competiciones europeas, el coeficiente no tiene tanta importancia como en temporadas anteriores. Estos cambios implican que el Athletic, al igual que todos los participantes, jugará ocho partidos en la fase de liga: cuatro en casa y cuatro como visitante, contra ocho equipos diferentes.
Sin embargo, el Athletic se verá perjudicado ya que deberá enfrentarse a equipos de gran nivel de los bombos 1 y 2, en lo que podría haber estado de tener un coeficiente mayor, lo que obligará a los bilbaínos a realizar un mayor desgaste si quiere superar la primera fase de la competición.
El nuevo sistema de sorteo, que combina métodos manuales e informáticos, ha sustituido al tradicional sistema de extracción de bolas, lo que agiliza y moderniza la organización de los encuentros. Aunque los equipos no jueguen directamente contra todos los clubes en la fase de liga, cada partido será crucial y la competencia será directa. Todos los encuentros influirán en la clasificación final, manteniendo la emoción y la trascendencia de cada duelo hasta el último momento.
Los ocho primeros equipos de la fase de liga avanzarán directamente a los octavos de final. Aquellos que queden entre el noveno y el vigésimo cuarto lugar deberán disputar una ronda intermedia para asegurarse un lugar en los octavos. En esta fase, cuanto más alta sea la posición final de un equipo, más favorable será su emparejamiento. Así, el noveno clasificado se enfrentará al vigésimo cuarto, el décimo al vigésimo tercero, y así sucesivamente. Además, el equipo mejor clasificado siempre jugará el partido de vuelta en casa, lo que otorga una ligera ventaja.
Para el Athletic, este nuevo formato supone un cierto alivio respecto a ediciones anteriores del torneo. Aún así la dificultad sigue siendo máxima. Los de Ernesto saben que deben dar el máximo en cada partido si quieren pasar directamente a octavos de final, evitando un mayor desgaste y sufrimiento.