El mayor de los dos hermanos es Iñaki Williams y tiene un valor de mercado estimado en 25 millones de euros, según Transfermarkt. El pequeño es Nico Williams y el portal especializado le tasa en 50 millones de euros. Entre los dos, podrían llegar a mover un precio mínimo de 75 kilos en el próximo mercado de fichajes. El disfrute y regocijo que ambos regalaron a la afición del Athletic Club en la noche del jueves, con sus portentosas actuaciones ante el Atlético de Madrid en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, como decía el pegadizo lema de un popular anuncio... Eso... Eso no tiene precio.
Quizás por eso, porque el aporte de los Williams no tiene precio en un club con una idiosincrasia tan marcada como la que tiene el Athletic Club, el presidente Jon Uriarte sólo alcanzaba a sonreír cuando le preguntaban por las ofertas que podrían llegar en los próximos meses para llevarse de Bilbao a los hispanos-ghaneses Nico e Iñaki. Le entraba la risa: "Tenemos una plantilla increíble, los Williams y el resto también".
"Es lógico que cuando tienen un gran desempeño otros de los mejores equipos del mundo -en ese grupo mete a los leones- se interesen por ficharles". "Este equipo pone 'rock & roll'. El ADN de este equipo es ir al abordaje. La temporada pasada fue muy cruel y merecimos mucho más, a ver si en esta puede ser", expresó, dando largas a posibles pretendientes de los Williams, que se convirtieron en la primera pareja de hermanos que consigue marcar en unas semifinales.
Para mayor disfrute, los Williams también se pusieron de acuerdo hasta a la hora de asistirse mutuamente. En el 1-0, Nico servía desde la banda izquierda un centro al área que encontraba la inapelable volea a la red de Iñaki para batir a Oblak en el 13'. Media hora después, en el 42', el '9' penetraba por el carril derecho, se colaba hasta la cocina dejando atrás a Mario Hermoso y ponía una pelota rasita en la frontal del área pequeña, donde el '11' se estiraba a ras de césped para empujarla al fondo de la portería del Atlético y dejar casi sentenciado el pase a la final aún en la primera mitad.
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"Ha sido un día increíble", exclamaba Uriarte ante las cámaras al término del choque que terminó 3-0, gracias al tanto de Gorka Guruzeta en la segunda mitad, y con un global de 4-0 contando la diana de penalti de Alex Berenguer que había dado el triunfo en la ida en Madrid. El Athletic Club jugará su tercera final de Copa del Rey en cinco años y la sexta en 15 años. Será su participación número 40 en una final copera, justo 40 años después de la última vez que sacó la Gabarra. Todo parece alinearse para saborear la gloria el próximo 6 de abril en el estadio de La Cartuja de Sevilla ante el RCD Mallorca.
"No es algo en lo que haya pensado", decía Uriarte sobre esta coincidencia numérica: "Esto es un proceso. En estos 40 años se han hecho cosas muy bien y ha habido mucho merecimiento para conseguir otros logros. Y si sucede ahora será una casualidad, todo es parte de un proceso, da igual quién esté de presidente. A mí me da lo mismo quién esté de presidente cuando algo se consiga, lo que quiero es que mi club consiga grandes logros". "Máximo respeto al rival, el Mallorca es un equipo al que nos suele costar ganarle, creo que va a ser una final equilibrada, muy igualada... y a ver si conseguimos traer el título a Bilbao".
El club apeló al sentimiento de su gente y ésta no le falló. "Ha sido un día increíble desde la mañana hasta última hora de la noche, con una afición que se ha volcado tanto en Bilbao como en Bizkaia y aficionados nuestros del resto de Euskadi demostrando su pasión por nuestro equipo inundando las calles de la ciudad y batiendo el récord de asistencia en el estadio. Eso luego ha continuado con los jugadores, que han hecho un partidazo, han conseguido un resultado increíble y el pase a la final. Ahora queda un pasito más el paso que llevamos tanto tiempo esperando", añadió el presidente rojiblanco, que también agradeció el "espectacular recibimiento" recibido por el equipo a la llegada al estadio, pero lamentó los graves incidentes ocurridos.
"Por toda la ciudad sentimos el apoyo de la ciudad y al acercarnos a San Mamés había una multitud esperando al equipo. Lamentablemente, siempre entre las multitudes se suelen esconder personas que no son aficionados de fútbol ni de nada, que les da lo mismo todo y que no respetan nada. En el Athletic estamos en contra de cualquier expresión de violencia y estamos en contra de la actitud de estos pocos aficionados que desgraciadamente han podido empañar un recibimiento que ha sido muy bonito", precisó Jon Uriarte.