El cuadro de Ernesto Valverde, que quiso probar desde ya a Padilla en la portería, no ha comenzado de la mejor manera un nuevo curso. Desde el primer momento, la escuadra de San Mamés tuvo que remar contracorriente, ya que se topó ante una diana en propia puerta, cometida por Yuri. El defensa, muy presionado, tomó la decisión de ceder el balón hacia atrás a su guardameta, quien se vio sorprendido por esta medida. Debido a esto, el cuero se terminó introduciendo en la portería visitante, que se puso abajo en el marcador desde los primeros compases de un duelo que iba a ser complicado, muy complicado.
Cierto es que esto supuso un duro golpe para los rojiblancos, pero no tardaron demasiado en hacerse con el peso del choque. Eso sí, debían tener cuidado, ya que las rápidas salidas del conjunto local le podían dificultar mucho sus llegadas a la portería contraria. No podían despistarse, y, de hecho, Padilla tuvo que intervenir en alguna ocasión para impedir que el Burgos ampliara su ventaja en el electrónico. Por otro lado, hay que tener en cuenta que se produjo antes de la primera media hora un problema en forma de lesión. Vesga, que se echó la mano al muslo, tuvo que retirarse antes de tiempo del terreno de juego, lo que supuso un gran contratiempo para los pupilos de Valverde.
Tras una primera mitad en la que saltó la sorpresa, el conjunto de Bilbao quiso dar un paso hacia el frente tras el paso por los vestuarios. Tras renovar por completo su once titular, la apuesta no salió nada bien, ya que, a los pocos minutos de que se reanudase el choque, llegó la segunda diana del Burgos, que estaba exprimiendo a la perfección sus oportunidades. Tras un centro al segundo palo, apareció Florian Miguel, quien, a placer, pudo batir al meta del Athletic y ampliar la ventaja local, ante el júbilo de la grada de El Plantío.
Eso sí, a los pocos segundos, llegó la diana rojiblanca, una muy ansiada. Javier Martón, quien apareció desde atrás, se aprovechó de un gran envío de Olabarrieta y puso el 2-1 en el marcador, metiendo el miedo en el cuerpo a los aficionados del Burgos, que se encontraban disfrutando de un gran partido de fútbol. A pesar de este golpe, los locales siguieron probando al portero visitante, en este caso Gastesi. El Athletic estaba dominando, pero el resultado no le estaba acompañando. Ya con la llegada de futbolistas como Iñaki Williams, la situación empezaba a cambiar.
Ya en los últimos minutos, el asedio del Athletic se fue haciendo más profundo, tratando de mover el campo para que el Burgos se sintiera incómodo y no tuviera opciones de salir con comodidad con la pelota. A pesar de todos los intentos y aproximaciones de los que disfrutó el cuadro de San Mamés, finalmente fue la escuadra castellanoleonesa la que se llevó la victoria. Cierto es que ha sumado una derrota, pero el técnico extremeño puede sacar conclusiones de este encuentro, las cuales le servirán para seguir trabajando para preparar un curso ilusionante y exigente.