Hasta el obligado parón liguero por la Covid-19, en la
Lebrijana sobresalía un nombre a lo largo de la temporada por su buen hacer goleador, el cual, en momentos claves, le ha permitido mantener un colchón de puntos suficiente sobre el descenso como para no pasar apenas apuros. Su nombre es
José Ángel Giráldez Prieto.
Este delantero de 25 años, canterano sevillista, estaba cuajando una buena campaña, con 10 tantos en su haber, acercándose a su mejor promedio goleador (los 11 que anotó hace tres años cuando militaba en el Gerena) en un equipo al que llegó casi de la mano de
Pepe Bermúdez. "Llevaba varias temporadas sabiendo del
interés de la Lebrijana y, tras dos años en el
Arcos, decidí aceptar la oferta. A
Pepe lo conocía ya del Arcos, que vino a salvarnos. La directiva y él querían que me uniera al proyecto, y lo hice. Desde un principio, estuve muy contento", dice.
Y es que el curso no pudo empezar de mejor manera, tanto colectiva como individualmente. Dos goles en la victoria ante el
Utrera, otro ante su ex equipo, el
Arcos, terceros en la tabla... pero siempre con los pies en el suelo. "Nuestro objetivo desde el comienzo era la salvación. En la categoría hay entidades de más peso, por lo que no nos exigíamos más que el afrontar el partido a partido”, declara. Las cosas, como cabía esperar por la dificultad de la
Tercera, comenzaron a torcerse. Los resultados empezaron a no llegar y la
Lebrijana, a pesar de la aportación goleadora de
Giráldez, empezó a perder posiciones.
"No es sencilla la situación. El equipo trabajaba, el técnico aportaba cosas diferentes, a mí me seguían saliendo las cosas de cara a portería... pero los detalles en contra y no ganar crea un ambiente raro", manifiesta. Los goles en el empate ante el
Ciudad de Lucena (2-2) y la derrota ante el
Coria (1-2) son los claros ejemplos. Rápido de movimientos y en los desmarques, Giráldez se ha sentido cómodo tanto solo como acompañado en la delantera a lo largo de la temporada.
Vuelve a ver puerta ante
Puente Genil y Los Barrios, pero "no estaba siendo una alegría completa". Los puntos que alejaban al equipo del descenso provocaron que, tras caer ante el Ceuta, la directiva destituyera a
Pepe Bermúdez y nombrara a
Asián como su sustituto. "La dinámica de trabajo es parecida. No hemos cambiado mucho. Me siento igual de importante, y el doblete ante el Ciudad de Lucena y el gol ante el Coria me refuerzan", añade.
Sin saber si se volverá a competir,
Giráldez ha demostrado poder codearse con buenos goleadores, como
Raúl, Henares o Casas, pero aboga por la salud de todos en detrimento de su registro anotador: "Lo más urgente es que todos volvamos a estar bien".
Clave el respeto de las lesiones
"Siempre he tenido problemas musculares y, por ejemplo, en los últimos años, en el
Arcos, no pude tener la continuidad que a mí me habría gustado para que las cosas salieran del todo bien", apunta el graduado en Ciencias del Deporte y también entrenador de la cantera celeste, el cual agradece
la confianza y el trato que ha recibido desde que llegó para acabar de confirmar su apuesta. "Se nota el interés. Tanto con Pepe como con Asián percibo esa seguridad en mí, lo que ha ayudado a que enlace buenas actuaciones y marque goles", concluye el 'killer'.