Laura García-Caro: "Andalucía es cuna de la marcha"

Laura García-Caro, atleta andaluza, se prepara de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024 tras un duro año lleno de sonrisas y lágrimas

Javier JiménezJavier Jiménez 16 min lectura

Participar en unos Juegos Olímpicos es probablemente el mayor hito de cualquier deportista a nivel internacional. Laura García-Caro, atleta española especializada en marcha atlética, puede presumir de haber competido en unas Olimpiadas rodeada de los mejores atletas del mundo. Laura es un icono de la marcha española y en especial andaluza. La onubense ha logrado dos medallas en los Campeonatos de Europa, una de bronce y otra de plata, y un sexto puesto en el campeonato del mundo celebrado en Eugene en 2022. En 2021 se le presentó la oportunidad de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio y no la desaprovechó. La atleta cumplió el deseo que había soñado desde que se inició en el mundo de la marcha en Lepe, Huelva. Laura siempre ha estado ligada a Andalucía, tierra que la vio nacer y triunfar en el atletismo internacional. Es por ello que fue galardonada en 2020 con la Bandera Andalucía del Deporte. En una entrevista para ESTADIO Deportivo, la atleta española ha repasado sus comienzos en este deporte, habla sobre los Juegos olímpicos de París 2024, de su calvario con el COVID y del brillante futuro que hay en la marcha española con los atletas andaluces.

Pues explíqueme, Laura ¿Cómo se inició en esto de la marcha?

Pues yo, la verdad, es que empecé primero en atletismo porque mi hermano competía cuando yo tenía 8 años y él 10. Y, bueno, empecé haciendo un poco todas las disciplinas porque al principio hacíamos primero los crosses por la provincia de Huelva, por Andalucía. Luego también hacíamos controles de pista de velocidad, longitud, peso, bueno, un poco de todo. Y sí que es verdad que a mí la marcha siempre me había llamado la atención al verla en la televisión y ver las medallistas españolas y demás. Y como tanto mi hermano como yo éramos muy buenos en fondo, pues decíamos a lo mejor, esto se nos puede dar bien. Y en un control de pista de Huelva probé un día hacer 3 kilómetros marcha. A partir de ahí, aunque la primera vez no lo hice muy allá, pero sí que me gustó mucho. Fui a mis primeros campeonatos de Andalucía y ahí coincidiendo con otros marchadores andaluces que venían de Granada, que al final es una de las regiones donde tenían muchas promesas, pues me he hecho un poco también a ese grupo y desde ahí me fui cada vez iniciando más hasta que fui a mis primeros campeonatos de España.

¿Y a qué edad empezó en la marcha?

Con 12. Luego mis primeros campeonatos internacionales fueron con 16 y 17. Con 17 años me vino al centro de alto rendimiento de Madrid con una beca para estudiar y entrenar. A partir de ahí, digamos, fue como mi salto a alto nivel dentro de la marcha.

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro dentro de este deporte?

Haber estado en un Juegos Olímpicos.

¿Cómo es la sensación de estar en unos Juegos Olímpicos? ¿Cómo funcionan?

Pues a ver. Y digo esto porque tienen, yo creo, un componente sentimental y emocional que no tienen otros campeonatos, porque, probablemente, a nivel de resultados yo me quedaría con otras competiciones u otros campeonatos en los que competí mucho mejor. Pero yo creo que los Juegos Olímpicos despiertan en nosotros ilusiones que no despiertan otros campeonatos. Y desde el momento en que preparamos las pruebas clasificatorias, el momento en el que hacemos la maleta para ir a esos Juegos Olímpicos, como en todo el proceso de entrenamiento, hay muchas personas apoyándonos, lo hacemos con una ilusión extra. Y también ese campeonato tiene un componente diferencial que es el estar con otros deportistas que no son del mundo del atletismo. Y poder ver tantos deportes juntos, todo lo que conlleva a todos esos campeonatos, lo que vivimos allí en la villa, el propio campeonato. Todo lo hace muy especial y es algo que, yo creo que todos los deportistas que hemos conseguido estar en unos, estamos de acuerdo que son bastante espectaculares, aunque luego cada uno haya vivido una experiencia distinta dentro de ellos.

¿Cómo son las rondas clasificatorias para llegar a unos Juegos Olímpicos?

Pues normalmente en atletismo tenemos que hacer una marca mínima. Primero, en nuestra prueba, en 20 kilómetros marcha hay que lograr, pues, por ejemplo, una hora 29 minutos y 20 segundo que hay que hacer este año para estar en París. Y dentro de esas marcas tenemos que estar dentro de las tres mejores. O sea, si hay cinco que hacen esa marca mínima, sólo pueden ir tres. Entonces, tenemos que luchar entre las españolas para conseguir esa plaza. Y hay dos o tres competiciones importantes internacionales donde nos jugamos esas plazas.

El año pasado usted tuvo que renunciar al mundial de atletismo. Supongo que sería un palo muy fuerte, ¿Cómo se lleva eso?

Pues, la verdad que fue un año duro en muchos sentidos. Pero, aparte de tener que renunciar al Mundial, que ya de por sí, pues, siempre es doloroso, lo peor fue tener que decir que esa temporada no competía. Era a raíz, un poco, del problema que tenía y que no sabíamos resolverlo, ni sabíamos cuando se iba a acabar. Tenía COVID persistente con síntomas de muchísimo cansancio, dolores de cabeza, fatiga después de entrenar y que duraba días en recuperarme. Era algo que me estaba durando meses y meses y nunca veíamos el final o nadie me decía que me ocurría y cuando me iba a recuperar. Había gente que llevaba años desde la pandemia. Y yo creo que esa incertidumbre al final sí que me hacía pensar, incluso, si volvería a estar compitiendo con el nivel que tenía antes. Eso es lo que más duro he pasado en mi carrera. Y ahora que ya creo que lo estoy terminando de superar y que estoy muchísimo mejor valoro un montón lo que he conseguido, lo que tengo ahora, y me parece que te tienen que quitar lo que tienes para valorarlo más. Fue dolorosa por no ir a un mundial, por toda la incertidumbre de no saber muy bien cómo atajar el problema y ver cómo me iba a recuperar para seguir con la temporada.

¿Cómo se ves de cara a los Juegos Olímpicos de París?

Pues la verdad que después de este año duro al principio me costó volver a los entrenamientos con cierta normalidad porque, claro, había perdido muchísima forma y yo creo que una de las partes más duras de un gran parón es volver y ver todo lo que has perdido. Hemos hecho un trabajo pensando mucho en la recuperación, entrenar muy poco a poco y creo que lo hemos medido bastante bien. Ahora tengo un momento en el que estoy progresando bastante rápido y en el que mi rendimiento creo que está mejorando mucho. Confío en poder estar en las competiciones próximas, no sé si a mi nivel, pero muy cerca de él y ojalá durante la temporada consigue clasificarme a los Juegos Olímpicos de París.

¿Cómo son los entrenamientos de la marcha?

Pues yo creo que son bastante semejantes a una media maratón y al final sí que en pre -temporada hacemos mucha carrera pero luego cuando entramos ya en temporada solo hacemos marcha, pero sí que vamos cambiando cada día y hacemos un día normalmente combinamos con un día de intensidad ya sean series, cuesta, cambios de ritmo con otro de rodaje para recuperar y el final de semana siempre tenemos una tirada larga más fuerte durante el sábado o el domingo y normalmente dos días a las semanas hacemos doble sesión por la tarde con más kilómetros de entrenamiento.

Y, ¿Las sesiones de entrenamiento son aquí en Andalucía o en otra comunidad autónoma?

Yo estoy entrando a Madrid, en el centro de alto rendimiento.

¿Las instalaciones son diferentes a las de aquí?

Bueno, digamos que cuando yo empecé a hacer marcha en Lepe, Huelva, que soy de allí, no había un grupo de marchadores, no había entrenadores especializados en ellos, y es verdad que como ya había ido a competiciones internacionales, conseguí ir a una Copa del Mundo en la que allí estuve con otros atletas que entrenaban también en Madrid, en un grupo grande, con un entrenador que al final controlaba muchísimo la distancia. Pudimos optar a esas becas para venirnos al centro de alto rendimiento donde podíamos estudiar, entrenar con un entorno mucho más especializado en marcha atlética. Al final sí que decidí venir a Madrid sobre todo por estar en un núcleo en el que se dedicaba lo mismo que yo. Creo que es la mejor decisión que he tomado.

Desde Andalucía, ¿Siente apoyo tanto de sus paisanos como de la Junta?

Nosotros tenemos una beca de las ayudas Olimpos de la Junta de Andalucía y luego también de la Diputación de Huelva. También han organizado competiciones de Campeonatos de Andalucía, Campeonatos de España, aquí en Andalucía. He seguido sintiendo el mismo apoyo de la gente y me sigo sintiendo que es de dónde vengo y sí que siento el apoyo y obviamente de todos mis familiares, amigos y demás que son de ahí.

¿Y esa beca de qué trata?

O sea, son becas económicas. Dependen de si estamos en el nivel de los mejores del mundo. Bueno, son unas becas simbólicas. Nosotros también tenemos nuestras becas de la Federación Española, que digamos que es como el grosso de nuestros sueldos, por así decirlo. Y luego ya pues los patrocinadores que cada uno tenga y estas ayudas de la Junta de Andalucía.

Y usted ha entrenado tanto en Andalucía como ahora en el centro de alto rendimiento en Madrid, ¿Cree que las condiciones climatológicas afectan al entrenamiento de un deportista de alto rendimiento?

Pues supongo que depende del deporte y del sitio donde estemos entrenando. Yo creo que el cambio climático ha llegado a todos los lugares de España. Y, por ejemplo, en Madrid estamos ahora en enero con una semana de 18 grados de máxima, una cosa que yo no había vivido en la vida. Y sí que verdad que cuando voy a Lepe, en Navidad o en cualquier momento del año, pues hay siempre muy buen clima. Allí estoy a nivel de la mar y se entrena muy bien, pero creo que en Madrid también hay unas condiciones muy buenas porque tampoco es un sitio donde haga muy mal tiempo. Suele haber bastante sol durante el invierno incluso aunque la temperatura sea más baja y el invierno cada vez está durando menos tiempo y nos estamos adaptando bastante bien a los entrenamientos.

¿Qué propósito se marca Laura García para estos Juegos Olímpicos?

Pues la verdad que vengo de un momento en el que lo he pasado tan mal y me he visto tan lejos de la competición que ahora mismo mi principal objetivo es estar allí y seguro que dentro de unos meses si lo consigo estaré soñando por otros objetivos, pero ahora mismo clasificarme a los Juegos, poder competir allí y volver a verme competitiva en mi principal reto.

Sobre la pandemia, el tiempo que hemos estado encerrado. ¿Cómo lleva eso un deportista profesional?

Pues bueno, nuestra mayor tranquilidad empezó cuando nos dijeron que no había competiciones pronto. Sí es verdad que cada uno se estaba preparando de alguna manera. Teníamos que tener cintas en casa y así pudimos entrenar con bastante regularidad, pero el hecho de no poder prepararlo en condiciones sí que era algo que nos hacía estar un poco nerviosos. Desde el primer momento en que dijeron que los Juegos Olímpicos se retrasaban un año tranquilizó a todos los candidatos porque al final sí que veíamos que podíamos tener un año para prepararlo con más dedicación. En mi caso yo tenía 25 años cuando pasó la pandemia y no tenía ningún problema en volver un año después a seguir compitiendo porque por edad no iba, digamos, a perjudicarme. Entonces, bueno, yo creo que nos tomamos la pandemia como un periodo de menos competición, de un poco más de canso y que seguimos entrenando en todo momento. Y hay quien dice que nos benefició porque fue un año de transición, de no estar viajando tanto y compitiendo.

Y ya para terminar, ¿Cree que hay futuro en la marcha andaluza?

Por supuesto, tenemos a María Pérez que acaba de ganar dos oros en el Campeonato del Mundo de Budapest. También tenemos a Alberto Amezcua en la selección masculina. Vienen un montón de niños de categorías menores que tienen mucha proyección. Ahora mismo estamos tres candidatos en la marcha solo para estos Juegos Olímpicos y sí que pienso que Andalucía es cuna de la marcha y por supuesto que tenemos grandes futuros en ello.