El
C.B. Sevilla se hacía eco ayer de la mejoría defensiva experimentada en los dos últimos partidos y que había permitido, en el primer caso, una ajustada derrota, y en el segundo, el retorno de los triunfos tras mes y medio de ausencia. La realidad es esa, que el equipo de
Luis Casimiro ha logrado atajar las palizas ante
Unicaja y
Fuenlabrada, encajando 71 y 78 puntos, respectivamente, y rebajando con ello en 13 puntos la media que venían encajando a lo largo de la temporada.
Pero donde más se ha concentrado esta mejoría es en la defensa del tiro exterior, el verdadero ‘
via crucis’ del equipo sevillano. “El buen trabajo
defensivo nos permitió tener opciones”, admitía Casimiro tras vencer el domingo, feliz de la reacción que han tenido sus hombres ante las quejas públicas que expresó trece días antes, tras encajar la enésima paliza en el último mes y medio. “No estábamos con la intensidad necesaria. No vamos a esconder que tenemos un problema defensivo. Nos hacen puntos con suma facilidad”, señalaba.
Los números están ahí, si ante el
Manresa encajó 16 triples, 13 frente al
Andorra, 11 con el
Madrid o 15 ante
Estudiantes, todos con buenos porcentajes de tiro, no era tanto por el acierto rival sino porque estaban tirando muy cómodos. En las dos últimas semanas los porcentajes no sólo se han reducido drásticamente sino también el número total de triples encajados: 8 ante
Unicaja y 7 frente a
Fuenlabrada.
Con el tiro exterior ‘controlado’, todo ha sido más fácil, no en vano el juego interior sí había dado un salto de calidad esta temporada con un
Balvin que se encuentra entre los cuatro máximos reboteadores de la Liga y es el que más capturas hace en el aro contrario.
De hecho, en estos dos últimos partidos, el equipo sevillano ha sido superior al rival en esta faceta, lo que ha evitado tiros fáciles y, sobre todo, ha permitido canastas cómodas y que el pívot checo y Oriola estén entre los más valorados.